Jordi Pujol se encuentra hoy ingresado en la Clínica Sagrada Familia de Barcelona a causa de una neumonía. Tiene 95 años y, según su entorno, el cuadro se considera “leve”, aunque su edad obliga a extremar la vigilancia.
El ingreso se produjo este fin de semana y los médicos han trasladado a la familia una previsión de cuatro o cinco días de hospitalización, siempre que no aparezcan complicaciones. La neumonía llega a apenas una semana del inicio del macrojuicio en la Audiencia Nacional por la presunta fortuna oculta de la familia Pujol, cuya primera sesión está fijada para el 24 de noviembre.
⚠️ #ÚltimaHora Jordi Pujol, ingressat per una pneumònia pocs dies abans de començar el judici contra ell https://t.co/2uRbe8u27c pic.twitter.com/tzy8anWUNH
— 3CatInfo (@3CatInfo) November 16, 2025
Su evolución, relativamente favorable, ha sido confirmada por fuentes familiares, que insisten en que ha pasado buena noche y se encuentra consciente, aunque muy frágil.
Distintas informaciones coinciden en el diagnóstico de neumonía, pero difieren en el matiz sobre su gravedad: algunas hablan de neumonía leve y buena evolución, mientras otras subrayan que el pronóstico sigue siendo reservado debido a la avanzada edad del paciente.
El actual ingreso hospitalario se suma a un deterioro físico y cognitivo progresivo que ya había motivado, hace apenas unos días, una revisión por parte de un médico forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña. El informe debe ayudar a la Audiencia Nacional a decidir si Pujol está en condiciones de ser juzgado con normalidad o si debe declararse no apto para soportar un proceso de estas características.
Según la documentación aportada por su defensa, se han detectado marcadores de alzhéimer en sangre y una alteración severa de la memoria verbal, lo que podría provocar confusiones sobre hechos y personas en un juicio que se prolongará durante meses. Pese a ello, tanto su entorno como su propio hijo Oriol han señalado en distintas intervenciones públicas que el expresidente mantiene la voluntad de declarar y enfrentarse al proceso, aunque físicamente “el cuerpo no aguanta” desplazamientos reiterados a Madrid.
La decisión clave ahora es doble. Por un lado, el tribunal debe determinar si el expresidente está en condiciones de ser juzgado. Por otro, si, aun considerándolo apto, se le permite seguir las sesiones y declarar por videoconferencia desde Barcelona, como ha solicitado su defensa, o si deberá desplazarse a Madrid.
Distintas fuentes jurídicas han señalado que, si los informes concluyen que Pujol no puede afrontar el juicio, el procedimiento podría archivarse respecto a él -como ya ocurrió con su esposa, Marta Ferrusola, tras ser diagnosticada de alzhéimer-, manteniéndose la causa contra el resto de la familia.





