La Federación de Barcelona de Esquerra Republicana se convierte en el epicentro de otra convulsión interna. Ocho de los trece miembros de la dirección permanente han presentado su dimisión en las últimas horas, un movimiento coordinado que obliga al partido a convocar un congreso extraordinario en el plazo máximo de un mes. La fractura, que estalla apenas siete meses después del último congreso federativo, evidencia la profundidad de las tensiones que arrastra el partido.
És el que passa quan li aproves els pressupostos a Collboni a canvi de no-res. ERC en caiguda lliure. https://t.co/aFgYWDjDh8
— Hèctor López Bofill 🎗 (@lopezbofill) November 21, 2025
Los dimisionarios denuncian que la presidenta de la Federación, Creu Camacho, ha impulsado una “estrategia propia no consensuada con el equipo” y que ha tomado decisiones unilaterales que contradicen acuerdos internos previos.
Los propios militantes denuncian una “subordinación” de la Federación a los intereses del grupo municipal liderado por Elisenda Alamany, a quien señalan como corresponsable de la deriva junto con la presidencia de Junqueras, a quién atribuyen derias de hiperliderazgo. La preocupación económica es otro elemento clave: acusan al grupo municipal de mantener pendientes aportaciones financieras “vitales” para la estructura territorial, poniendo en riesgo la actividad de los casales y el funcionamiento ordinario de la organización.
La convocatoria del congreso extraordinario abre una crisis en las filas repiblicanas. Deberá dirimirse el liderazgo territorial, sí, pero pondrá también a prueba el equilibrio de poder entre la federación, el grupo municipal y la dirección nacional del partido. La batalla interna queda, de nuevo, al descubierto.





