Trump y Mamdani sorprenden con un idilio inesperado en Estados Unidos. Presidente alcalde electo de Nueva York, escenificaron ayer una reunión de lo más cordial -casi fraternal-, que ha dejado descolocados a sus votantes y espacio mediático.
Find you somebody who looks at you like Donald Trump looks at Zohran Mamdani. pic.twitter.com/yEQ9GeE7QY
— Mike Nellis (@MikeNellis) November 21, 2025
Ambos se interpelaron con mucha dureza durante la campaña en Nieva York. Trump llegó a llamar a Mamdani “comunista lunático”, “odiador de judíos” y insinuando incluso que retiraría fondos federales a la ciudad si Mamdani llegaba a Gracie Mansion. Por su parte Mamdani, había llegado a calificarle de “fascista” y un “mal endémico para la democracia”
Ayer vimos todo lo contrario: sonrisas, palmadas en el brazo, elogios mutuos y promesas de colaboración. Trump, sentado tras el Resolute Desk, no escatimó alabanzas: “Tuvimos una gran reunión”, “coincidimos en mucho más de lo que pensaba”, “Zohran hará un gran trabajo” y hasta aseguró que se sentiría “muy cómodo” viviendo en Nueva York con él como alcalde. Llegó a defenderlo ante la prensa cuando le recordaron los insultos previos y dijo que el alcalde electo “sorprenderá a muchos conservadores”.
Asked if trump believes Elise Stefanik's criticism calling Zohran Mamdani a jihadist, he said no.
— BrooklynDad_Defiant!☮️ (@mmpadellan) November 21, 2025
"I met with a man who is a very rational person."
HOLY SHIT.
I'm speechless. pic.twitter.com/bOTgC2WxVq
Mamdani, por su parte, calificó el encuentro de “productivo” y centrado en “el amor compartido por Nueva York”. Ambos enfatizaron temas prácticos que preocupan a los neoyorquinos: el alto costo de la vida (alquileres, alimentos, transporte y servicios), la construcción masiva de vivienda asequible y la reducción de la delincuencia. Evitaron deliberadamente las diferencias ideológicas abismales y se centraron en resultados tangibles para el electorado.
Queda por ver si esta atípica luna de miel resiste el paso del tiempo. Mamdani asumirá el cargo el 1 de enero de 2026 con una agenda woke ambiciosa que choca frontalmente con muchas políticas federales de Trump.





