Alemania rompe su tabú militar y acelera el rearme europeo — el Gobierno Merz-Pistorius blinda la Bundeswehr con más tropas, más gasto y un sistema de servicio voluntario que puede volverse obligatorio.
Alemania ha decidido dar el salto que llevaba décadas posponiendo. El Gobierno de Friedrich Merz (CDU), con Boris Pistorius al frente de Defensa (SPD), ha aprobado la mayor reforma militar desde la suspensión de la mili en 2011. El plan fija como objetivo elevar la Bundeswehr de unos 180.000 a 260.000 soldados activos y sumar 200.000 reservistas antes de 2035, con la ambición explícita de convertirla en el ejército convencional más potente de Europa.
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— Megatron (@Megatron_ron) October 27, 2025
🇩🇪Germany will once again build the most powerful army in Europe
Politico reports that Germany unveiled €377 billion military modernization plan to make the Bundeswehr Europe’s strongest conventional army. pic.twitter.com/j4hnIIweZT
A partir de 2026, todos los jóvenes de 18 años recibirán un cuestionario sobre su disposición a servir; para los varones, la respuesta será obligatoria, mientras que las mujeres podrán contestar de forma voluntaria. Desde 2027, los hombres de cada cohorte pasarán además una revisión médica sistemática. En una primera fase, el servicio será voluntario, incentivado con un sueldo de entrada en torno a los 2.600 euros mensuales, claramente superior al actual. Pero la ley permite activar una “conscripción según necesidades” si no se alcanzan las cifras previstas, mediante un sistema de selección entre quienes hayan sido previamente evaluados.
Para Berlín, el pacifismo ya no basta cuando Rusia reconstituye su capacidad militar y Washington manda señales ambiguas sobre el paraguas de la OTAN. El jefe del Estado Mayor, Carsten Breuer, ha advertido de que la Alianza debe estar preparada para un posible ataque ruso antes de 2029, mientras otros mandos señalan que Moscú podría ejecutar una incursión limitada “en cualquier momento” si percibe debilidad en el frente europeo. Paralelamente, el actual presidente de Estados Unidos ha vuelto a poner en duda la automaticidad del artículo 5 para los aliados que no cumplan los objetivos de gasto, lo que ha empujado a los gobiernos europeos a planificar escenarios con menos apoyo estadounidense.
Germany’s Chief of Defence Carsten Breuer on the occasion of his visit to #Ukraine: “Germany stands firmly at the side of the Ukrainian people and supports them in the courageous defence of their country." pic.twitter.com/Ppd2F6FnVB
— Germany at NATO (@GermanyNATO) November 21, 2025
En este contexto, Alemania se compromete a mantener como mínimo el umbral del 2 % del PIB en defensa fijado por la OTAN y ha anunciado una senda de aumento que podría llevar el gasto hasta el 3,5 % en 2029. Propuestas para llegar incluso al 5 % del PIB circulan en el debate atlántico, pero su aplicación concreta en el caso alemán es no confirmada y sigue abierta a negociación política.
En el frente interno, la reforma llega con el país dividido. Encuestas recientes señalan que alrededor del 54 % de la población apoya algún tipo de vuelta a la conscripción, pero el rechazo supera el 60 % entre los jóvenes de 18 a 29 años y se dispara hasta el 80 % entre los votantes de la izquierda, mientras que los mayores de 60 son mayoritariamente favorables. Al mismo tiempo, las solicitudes de objeción de conciencia se han multiplicado desde 2021: informes oficiales hablan de casi 3.000 expedientes en 2024, mientras otros recuentos los sitúan en torno a 2.200, por lo que la cifra exacta es no confirmada, aunque todas las fuentes coinciden en que se trata de máximos históricos.
Desindustrialización y paro. Respuesta mas industria armamentista y reclutamiento militar. Europa paga las políticas globalizadoras. La guerra más cerca @ElliberalC https://t.co/pePYuYsmCR
— Francesc Moreno (@FrancescMoreno) November 23, 2025
Alemania asume que los dividendos de la paz se han agotado y que ya no puede externalizar su seguridad a Washington. La incógnita es si el resto de Europa seguirá el mismo camino o preferirá seguir mirando hacia otro lado mientras disfruta de un escudo militar ajeno. España, que aún debate cómo consolidar el 2 % en defensa, tendrá que decidir si acepta un papel más activo en la seguridad del continente o si se resigna a depender de decisiones tomadas en Berlín, París y Washington
Lo que falta por definir en Alemania —los umbrales exactos que activarían una conscripción obligatoria plena y la senda real de gasto a partir de 2030— marcará no solo el futuro de la Bundeswehr, sino también el de una Europa que, esta vez, ya no puede alegar sorpresa ante la amenaza.





