Salvador Illa se suma al carro europeo. El president levanta ampollas con su «tolerancia cero» contra la multirreincidencia, interpretado no como una preocupación genuina, sino como un cálculo electoral desesperado ante el imparable ascenso de Sílvia Orriols y Aliança Catalana. Illa hizo ayer balance del Plan Kanpai, enfocado a acabar con la multirreincidencia criminal en Catalunya; tema que hasta ahora no ocupaba el foco mediático socialista.
Mobilitzem tots els recursos necessaris per combatre la multireincidència. Tolerància zero amb qui perjudiqui la convivència a Catalunya. https://t.co/mAJ4vQa7RN
— Salvador Illa Roca (@salvadorilla) November 24, 2025
El detonante parece claro: la encuesta barométrica del Centre d’Estudis d’Opinió, divulgada el mismo 24 de noviembre, revela un movimiento sísmiso en el panorama político. Aliança Catalana, el partido de Orriols –conocida por su retórica dura contra la inmigración y la delincuencia–, irrumpe con fuerza, empatando en tercera posición con Junts (19-20 escaños en el Parlament), por detrás de un PSC en retroceso (de 42 a 38 escaños) y un ERC que se mantiene. Orriols capta votos de un amplio espectro: Puigdemont es el principal damnificado, pero también pilla Vox, PP, ERC y hasta PSC, según el sondeo.
Este auge «súbito» posiciona a Aliança como el gran ganador, alimentado por la frustración social ante la inseguridad urbana y la percepción de impunidad judicial.
En las respuestas al tuit de Illa, este contexto se traduce en un sentir general de decepción y burla, con usuarios de perfiles variados –desde anónimos frustrados hasta simpatizantes de la derecha– acusando al Govern de PSC de «copiar» el guion de Orriols por puro pánico electoral. No se trata de un rechazo aislado, sino de una narrativa colectiva que refleja el hartazgo acumulado: años de promesas tibias en materia de seguridad, eclipsadas ahora por el eco de la líder de Aliança, quien ha hecho de la «tolerancia cero» contra reincidentes su bandera desde Ripoll.





