Las últimas encuestas colocan al Rassemblement National de Le Pen en el 35 % de intención de voto para la primera vuelta de las presidenciales de 2027. Es la cifra más alta jamás registrada por el partido en un estudio nacional a dieciocho meses de unas elecciones.
En segunda vuelta, Jordan Bardella -actual líder del partido- ganaría con holgura a cualquiera de los principales candidatos: 53 % frente a Édouard Philippe, 56 % frente a Gabriel Attal, 58 % frente a Raphaël Glucksmann y 74 % frente a Jean-Luc Mélenchon. El bloque macronista, dividido entre Renaissance, Horizons y MoDem, no supera en conjunto el 20 %. Por su parte, la izquierda queda fragmentada en cuatro candidaturas que juntas apenas alcanzan el 34 %.
#Francia 🇫🇷 – encuesta Odoxa (25 nov): el RN ⚫ ganaría las presidenciales
— EM-electomania.es (@electo_mania) November 25, 2025
1ª vuelta:
⚫ RN 35%
🔴 PS 13,5%
🟣 LFI 11%
🟡 Horizons 17%
🌻 EELV 6%
🔵 LR 8%
📣 Rec.! 3,5%
☭ PCF 3%
🔹 DLF 2%
🏭 LO 1%
2ª v:
⚫ 53–58–74–56%
vs
🟡 47% 🔴 42% 🟣 26% 🟠 44%
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El ascenso del RN se produce en un contexto de parálisis institucional prolongada. La fórmula institucionalista está ya agotada. Desde las legislativas anticipadas de julio de 2024, Francia no tiene mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. El gobierno de Michel Barnier, apoyado por una coalición forzada entre la derecha tradicional y parte del «centro», sobrevive gracias a la abstención táctica de algunos diputados del propio RN, pero no logra aprobar presupuestos ni reformas estructurales. Sumado a la presión migratoria, la fatiga colectiva para con los «poderes fácticos» y el desgaste de liderazgos en el frenesí franco, la situación ha generado una sensación generalizada de bloqueo y de «desconexión entre las élites políticas y la realidad cotidiana.»
A ello se suma la acumulación de crisis no resueltas: inflación persistente en productos básicos, aumento de los precios energéticos, saturación de los servicios públicos en numerosas regiones, y una política migratoria incapaz de controlar los flujos irregulares pese a los sucesivos endurecimientos legislativos. El RN ha centrado su discurso en tres ejes que coinciden con las principales preocupaciones de los franceses según todos los barómetros recientes: poder adquisitivo, seguridad y soberanía nacional.
La inhabilitación de Marine Le Pen por cinco años, confirmada en primera instancia el pasado marzo, ha terminado por consolidar a Jordan Bardella como líder indiscutido, a la par que brinda una mártir al movimiento, «neutralizada por las élites». Con 30 años, el presidente del RN proyecta una imagen más institucional y menos confrontacional que su predecesora, ello amplia la base electoral hacia sectores moderados de la derecha tradicional e incluso parte del electorado macronista de 2017 desilusionado.
Por primera vez desde la creación del Frente Nacional en 1972, el partido aparece como la fuerza política con mayor potencial de victoria en unas presidenciales. Los próximos meses –apelación de Le Pen, debate presupuestario de 2026 y eventuales nuevas legislativas– determinarán si esta ventaja se consolida o si el resto de fuerzas logra recomponerse. Por ahora, el vuelco político iniciado hace una década parece irreversible.





