El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado esta mañana la cuestión de confianza planteada por el alcalde Jaume Collboni, suspendiendo automáticamente al alcalde en sus funciones hasta que se aprueben los presupuestos de 2026 o se forme una nueva mayoría.
Con 17 votos en contra (Junts, PP Y Vox) y solo 15 a favor (PSC y ERC), Collboni ha perdido la cuestión de confianza que se vincula a la aprobación de las cuentas municipales. La oposición califica el movimiento de «chantaje» y han votado en bloque contra la confianza, dejando al alcalde en minoría.
A pesar de la derrota, lo más probable es que Barcelona tenga nuevos presupuestos el 1 de enero de 2026. La misma ley que suspende al alcalde prevé que, si en el plazo de un mes ningún grupo presenta una moción de censura con mayoría alternativa, los presupuestos planteados por el gobierno se aprueban automáticamente. Ya existe un acuerdo cerrado con ERC y los Comuns para que no prospere ninguna moción, lo que garantiza la prórroga automática de las cuentas.
La oposición ha sido contundente. El PP acusa al alcalde de «convertir una herramienta democrática en una triquiñuela para aprobar sus cuentas sin diálogo».
El episodio consolida la fragilidad del gobierno municipal en minoría (10 de 41 concejales) y abre un nuevo capítulo de inestabilidad política en Barcelona, apenas seis meses después de las elecciones municipales de 2023.





