El Real Madrid conquistó ayer el Karaiskakis con un 3-4 ante el Olympiacos gracias Mbappé, convirtiéndola en la primera victoria blanca en Grecia. La afición merengue vivió el partido como una montaña rusa emocional: la euforia por los cuatro goles del francés chocó frontalmente con la angustia colectiva por una defensa regulera que al modesto conjunto heleno soñar con el empate hasta el pitido final.
Olympiacos 3-4 Real Madrid
— charlie (@charliendoza) November 26, 2025
Se ganó, pero se complicó mucho, hay mucho que mejorar en el Madrid. Es evidente que algo está pasando.
Lo positivo; Mbappé marco cuatro goles, y también Vinícius Jr con asistencias demostró que puede ser importante. #ChampionsLeague pic.twitter.com/NgVB8Y0mez
Finaaaal: Olympiacos 3-4 Real Madrid. Los 4 goles del crack Mbappé. Al final se pasaron apuros pero se ganó. Hala Madrid. 😀👏🥂🍾
— Miguel Calderón (@55Calderon) November 26, 2025
En el timeline madridista predominó la sensación de alivio más que la celebración. Los tres puntos y la clasificación matemática para octavos calman los nervios tras tres jornadas sin ganar en Europa, pero la forma en que se lograron dejó un regusto amargo. La afición respiró al ver al mejor Mbappé desde su llegada —letal; decisivo—, pero el debate sobre la fragilidad colectiva está más presente que nunca. El Madrid dominó la posesión y generó ocasiones suficientes para haber sentenciado antes, pero los errores defensivos convirtieron un trámite en sufrimiento innecesario.
⚪️ Olympiacos 3-4 Real Madrid: los aciertos en ataque disimulan los errores defensivos.
— ZonaMerengue (@Zona_Merengue_) November 26, 2025
✅ Los blancos se llevan de Atenas tres puntos tan valiosos como sufridos gracias a un póker de Mbappé y a un Vinicius desatado, en un partido que se complicó mucho más de la cuenta. pic.twitter.com/s8dZ5AWsho
Los seguidores rivales son más duros. Hablan Real Madrid que sigue sin transmitir solidez, que depende en exceso del talento individual y que volvió a “pedir la hora” ante un rival que, sobre el papel, no debería haberle planteado tantos problemas.
Aún con todo, la noche terminó con el madridismo abrazando a su nuevo ídolo. El póker de Mbappé —con un hat-trick en apenas siete minutos— generó una ola de admiración que logró eclipsar, al menos momentáneamente, las dudas.





