El Congreso de los Diputados ha rechazado este jueves los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública para el periodo 2026-2028 con 178 votos en contra, 164 a favor y cinco abstenciones, lo que supone la peor derrota parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez en la presente legislatura. La negativa de PP, Vox, Junts y UPN, junto con las abstenciones de Podemos y Compromís, deja en el aire la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2026, cuyo trámite exige la aprobación previa de esta senda fiscal.
Pese al revés, María Jesús Montero, defiende en el pleno que el Ejecutivo seguirá adelante con la presentación del proyecto presupuestario. El por qué es una buena pregunta. Montero advierte de que el bloqueo “perjudica especialmente a las comunidades autónomas, que verán limitado su margen de gasto si no se aprueban nuevos objetivos de déficit.”
El rechazo estaba prácticamente asegurado desde el debate previo. El PP acusó al Gobierno de plantear un aumento del gasto “descontrolado”, señalando que el techo de gasto sube un 8,5%, hasta superar por primera vez los 200.000 millones de euros. Este incremento está por encima de la evolución del PIB y solo puede financiarse con más deuda y más impuestos. La reducción del déficit en España se ha debido al esfuerzo de comunidades y ayuntamientos, mientras que la Administración Central lo ha incrementado.
La posición de Junts, clave para la aritmética parlamentaria, también ha sido negativa. Josep Maria Cruset reprocha a Montero haber aprobado solo tres Presupuestos en ocho años y critica que el déficit del 0,1% para las autonomías sea el mismo que el tumbado en 2023.
El escenario escenifica el absoluto bloqueo parlamentario que asola España.





