Pedro Sánchez sigue cambiando de opinión con cada vez más presteza. El presidente admitió ayer tras semanas afirmando lo contrario – en primera persona y hasta seis veces-, que había incumplido acuerdos con Junts per Catalunya. Lo hizo en dos entrevistas consecutivas, un formato inusual que el propio Ejecutivo reconoce que fue un mensaje directo a Puigdemont. Horas después, el Consejo de Ministros aprobaba un decreto con medidas expresamente reclamadas por los independentistas –indemnizaciones a propietarios por impagos de alquiler, flexibilización de inversiones locales– y el ministro Óscar López repetía como un mantra que todo era “petición de Junts”.
«Una humillación pública», certificaron los medios críticos. El acto de contrición que los posconvergentes exigían para siquiera plantearse volver a hablar. Moncloa lo vende internamente como el precio necesario para ganar tiempo hasta febrero, cuando se presenten los Presupuestos y, sobre todo, cuando el TJUE pueda avalar la Ley de Amnistía y abrir la puerta al regreso de Puigdemont.
📺 TV en DIRECTO | Miriam Nogueras: "El Gobierno español ha incumplido la parte troncal de los acuerdos y no cumplir con Cataluña tiene consecuencias" https://t.co/dlHHHeXYLV pic.twitter.com/FEh6pMZ7s9
— EL PAÍS (@el_pais) December 3, 2025
Junts ni se inmuta. Apenas 24 horas después, Míriam Nogueras cierra la puerta de golpe: “No canvia la nostra posició. Som on érem”. La independentista deja claro que el arrodillamiento de Sánchez no mueve un milímetro su posición: sin aplicación al 100 % de la amnistía, sin catalán oficial en la UE, sin traspaso de competencias en inmigración y sin ejecución real de los acuerdos, no hay nada que hablar.
El rechazo es tan rotundo que ni siquiera disimulan. Junts sabe que cada día que pasa el Gobierno está más débil: la posible suspensión de Ábalos como diputado hará que la abstención independentista ya no baste para salvar votaciones clave, y el próximo jueves la senda de déficit volverá a tumbarse. Puigdemont huele la sangre y sube la apuesta.
Sánchez se bajó los pantalones en prime time y Junts ni siquiera le miró. El presidente quema balas sin obtener nada a cambio.
