Distrito4.0
Distrito4.0

España enciende polémica al descolgarse de Eurovisión

España enciende polémica al descolgarse de Eurovisión
La representante de Israel en Eurovisión 2025, Yuval Raphael, durante una de sus actuaciones en Basilea.

España crea tendencia, para bien o para mal. La decisión de retirar al Reino del Festival de Eurovisión 2026 ha desatado una de las mayores polarizaciones vistas en redes en las últimas semanas, y venían cargadas.

El sentimiento se divide. Gran parte de la opinión pública parece suscribir el gesto e interpreta la medida como un gesto de «coherencia moral» y de rechazo al Gobierno israelí, y es que la prensa ha sido feroz para con el Estado judío.

También exige una parte significativa que lamenta profundamente la ausencia. Para ellos, la retirada supone romper una tradición de 65 años, aislar a España culturalmente y, paradójicamente, regalarle a Israel una victoria -también moral- casi segura al reducir la competencia y el voto contrario. Algunos llegan a calificar la medida de “victimismo”, “derrotismo preventivo” o incluso “antisemitismo encubierto”, argumentando que el festival debe mantenerse como espacio apolítico y que la música no debería pagar los platos rotos de la geopolítica. España es, a su vez, el único de los cinco grandes países de la UE que ha tomado esta decisión.

A nivel internacional, la reacción es igualmente dividida pero con matices geográficos claros. En países con fuerte sensibilidad pro-palestina —Irlanda, Países Bajos, Bélgica, los nórdicos o amplios sectores de Reino Unido y Estados Unidos progresistas— la noticia se ha recibido con admiración y como un precedente «valiente» que refuerza la campaña global de boicot cultural. En cambio, para el anglosajon mayoritario y el centroeuropeísmo, la decisión española se tilda de “hipócrita”, “infantil” o “peligroso precedente” que pone en riesgo la propia supervivencia del certamen.

Entre los eurofans puros, independientemente de su posición política, predomina la tristeza y la sensación de pérdida. Muchos expresan que Eurovisión era uno de los últimos grandes eventos que aún unía a Europa y temen que este cisma marque el principio del fin del festival tal y como lo conocíamos.

En definitiva, la retirada española ha funcionado como un catalizador que ha sacado a la superficie las fracturas ideológicas y generacionales del país y del propio continente, convirtiendo un concurso musical en espejo incómodo de la crisis moral que atraviesa Occidente ante el conflicto palestino-israelí.

María Riera
María Riera
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM.

NOTICIAS RELACIONADAS

Distrito4.0
Distrito4.0
Distrito40

Opinión

Distrito40