Las protestas contra el régimen iraní se intensificaron este lunes en varias ciudades del país, con especial fuerza en la capital -Teherán- y Mashhad, donde los manifestantes se enfrentaron a las fuerzas de seguridad en medio de una creciente crisis económica y un clima de abierta confrontación política.
En el centro de Teherán, cientos de personas marcharon por las arterias de la ciudad, antes de dispersarse en grupos más pequeños para eludir a la policía. Las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y porras, dando lugar a enfrentamientos callejeros en áreas cercanas a edificios gubernamentales y centros económicos estratégicos.
A teenager from Iran sent me these videos with this message:
— Masih Alinejad 🏳️ (@AlinejadMasih) December 29, 2025
“I was terrified while filming them. Please share them and show the world that we, the people of Iran, do not want this regime.”
The protests in Iran began in Tehran and are now spreading to cities across the country.… pic.twitter.com/4xu2S5vh86
🚨BREAKING🚨
— Goldie Ghamari | گلسا قمری (@gghamari) December 30, 2025
Happening RIGHT NOW in occupied Iran:
Islamic Regime forces are RETREATING from the anti-Islam pro-Shah demonstrators.
The Iranians are chasing them down yelling "B*stards! Get them! Get them!"
Wow… Wow wow wow. pic.twitter.com/XqKfJrnGaR
It’s happening in Iran pic.twitter.com/cZAvvpXH5E
— Tommy Robinson 🇬🇧 (@TRobinsonNewEra) December 30, 2025
Uno de los elementos más significativos de la jornada fue la huelga de comerciantes, con numerosos negocios cerrados en el Gran Bazar y otras zonas comerciales clave. En videos difundidos en redes se observa a manifestantes coreando consignas como y “Muerte al dictador”, mientras instaban a otros comerciantes a sumarse al paro.
Aunque el malestar se origina en la economía —con una inflación interanual que supera el 50 % y una moneda nacional en mínimos históricos—, las protestas han derivado rápidamente en reclamos abiertamente políticos, incluyendo llamados a la caída del sistema autoritario religioso que gobierna el país desde 1979.
Las autoridades reconocen los disturbios, aunque medios cercanos al poder intentan minimizar su alcance, describiéndolos como acciones de pequeños grupos organizados. Las organizaciones opositoras en el exilio sostienen que las protestas reflejan un descontento social profundo y coordinado, y aseguran que fuerzas vinculadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica han sido puestas en estado de alerta.
La dictadura afirma haber abierto canales de diálogo con representantes de los manifestantes, en lo que constituye su primera reacción oficial ante la ola de protestas. Mientras tanto, los parones siguen en marcha y la ciudadanía exige cambios profundos en el país.





