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ENTREVISTA / Antonio Maestre: “El nacionalismo catalán puede derivar hacia posiciones fascistas”

El periodista y tertuliano repasa con elliberal.cat algunos aspectos de su nuevo libro, 'Infames, el retroceso de España'

El periodista Antonio Maestre.

El periodista y documentalista Antonio Maestre no tiene pelos en la lengua. Se reconoce como un heredero del marxismo, como garante de la justicia social, critica la posición pusilánime de la izquierda con el nacionalismo catalán y afirma que “el único mérito de Díaz Ayuso es haberse tragado toneladas de mierda para defender la corrupción del PP”. En su segundo libro, Infames, el retroceso de España (Penguin Random House, 2020), traza un relato subjetivo sobre aquellos personajes que evitaron el progreso del país en los últimos 200 años, en contraposición con otros que “actuaron de manera digna”. En la entrevista, también queda espacio para analizar la situación de Podemos y de su líder, Pablo Iglesias, que debe afrontar la posible imputación por parte del Tribunal Supremo, así como reflexionar sobre la posibilidad de cambios en el denominado régimen del 78.

En el primer capítulo del libro, escribes: “En la historia no se milita, se lee, se estudia y se reconoce”. ¿Quiere ser ‘Infames’ un libro historiográfico o, por el contrario, utiliza retazos de la historia para defender tesis de corte marxista?

Utilizo ejemplos de personajes y discursos políticos de los últimos 200 años, a partir de la aprobación de las Cortes de Cádiz, para tejer una argumentación teórica desde un punto de vista marxista. Cuando España tuvo posibilidad de progresar, una serie de personajes evitaron ese progreso. El libro no cuenta hechos históricos, sino que utiliza unos determinados comportamientos para trazar un relato sobre las causas del retroceso de España.

Al referirse a nuestro pasado, partidos políticos, medios y escritores suelen aplicar sesgos ideológicos actuales. ¿Qué elementos de contexto histórico validan o refutan las acciones de unos u otros? ¿Qué baremos has utilizado para escoger a los personajes?

La selección de personajes ha venido determinada por los temas tratados en cada uno de los capítulos. Si me refiero a la Guardia Civil, destaco a personajes como el general Escobar, cuyo comportamiento es digno de elogio porque a pesar de ser católico se mantuvo fiel a la República durante el golpe del 18 de julio de 1936, y critico a otros, como el torturador Sánchez Corbí. He intentado salir del prisma por el que me juzgará el lector, ese que supone que sólo voy a hablar mal de la Guardia Civil, cuando hay ejemplos que son dignos de valorar.

Todos los personajes infames del libro se identifican con una ideología reaccionaria, conservadora o nacionalista, a excepción del capítulo dedicado a los esquiroles de la clase trabajadora. ¿Por qué presupones que la ideología de izquierdas es la única vía para mejorar España?

Porque creo que la justicia social es la mejor manera para que un país progrese. Sin embargo, en el libro hago una crítica a la izquierda que romantiza el terrorismo, que no pone en valor a las víctimas de la ETA o que es pusilánime ante el nacionalismo esencialista catalán. A su vez, destaco la educación laica y crítica por la que apostaban los maestros de la república. En España no sólo los personajes de izquierda han apostado por el progreso del país, también algunos de cariz conservador. Antes, por ejemplo, me he referido al general Escobar.

En un pasaje del libro citasel derecho al tiranicidio por parte de una sociedad oprimida. En el caso de un dictador, parece clara la aplicación. ¿Es justificable este derecho en un contexto democrático como el actual?

El derecho al tiranicidio no está justificado en democracia, bajo ninguna circunstancia. Ahora bien, en el contexto de una dictadura sí que es posible aplicar ese derecho, como lo hicieron los miembros de la resistencia checa durante el nazismo o los autores del asesinato de Carrero Blanco.

Vista de la portada del nuevo libro de Antonio Maestre.

La lucha de clases ha sido, históricamente, el eje que ha marcado la confrontación política en España. Sin embargo, en la actualidad queda más diluida ante conflictos de cariz nacionalista o la propia globalización del capitalismo, que aleja y disimula los centros de poder. ¿Por qué la izquierda es ahora incapaz de vertebrar un discurso de clase convincente para la inmensa mayoría de los trabajadores?

El concepto de clase trabajadora se ha diluido. Como las clasificaciones de clases sociales son más borrosas, es más difícil que un partido político ofrezca soluciones claras para los más desfavorecidos, a diferencia de hace años cuando se establecía una distancia clara entre burgueses y trabajadores. El problema actual es la existencia de una multitud de identidades, con diferentes reivindicaciones. El nacionalismo, por ejemplo, ha conseguido vehicular los sentimientos de mucha gente a través de un concepto sencillo como la nación. La izquierda no sabe relacionarse con ese nacionalismo cuando es fuerte, se diluye. Y de hecho, en el libro critico el complejo de la izquierda con el nacionalismo catalán porque se acaba rindiendo a sus estrategias. El historiador Eric Hobsbawm ya advierte que el derecho de autodeterminación vinculado a la independencia de un país no es ninguna solución para la clase trabajadora. Ha cambiado el sujeto revolucionario y la izquierda no ha sabido cambiar con él.

El nacionalismo ha conseguido vehicular los sentimientos de mucha gente a través de un concepto sencillo como nación.

Antonio Maestre

En los años 70 y 80, el PSUC supo combinar políticas de izquierdas, vinculadas a la clase social, con otras que incidían en la identidad catalana. ¿Se ha perdido ese equilibrio?

El problema de clase no se puede subsumir a la cuestión nacional. La izquierda no puede quedar en manos de una derecha catalana que enarbola unos sentimientos contra los que no sabes competir. Si no eres capaz de conjugar las dos identidades, la de clase y la catalana, dejarás de ser de izquierdas y te convertirás en un nacionalista más. Es lo que le ha pasado a la CUP, por ejemplo. Los comunes deberían haber recogido el legado del PSUC, pero son incapaces de combatir el nacionalismo existencialista de Convergencia, que no es muy diferente al que enarbolan el PP, Vox o Ciudadanos.

¿Qué opinas del papel de ERC, que ha sido muleta de los convergentes durante años?

La política es una cuestión de prioridades, si tu única prioridad es la independencia frente a los problemas de la clase trabajadora, dejas de ser de izquierdas. Luego, como es lógico, cualquier nacionalista puede tener una visión más progresista o reaccionaria de la sociedad.

En los últimos años, ha sido muy difícil articular un discurso que huyera de la confrontación entre el nacionalismo catalán y el español. ¿Con el contexto de crisis actual, es posible articular un discurso que supere las posiciones maximalistas?

Cuando lo material te come los pies, lo simbólico pasa a un segundo plano. Cualquier partido que no atienda a la cuestión material quedará al margen. A aquellos que sigan jugando con la cuestión nacional, cuando la gente se muere por un virus o se pierden trabajos a chorros, la realidad les pasará por encima. Ahora mismo, lo importante para la clase trabajadora es pasar esta situación de la mejor manera posible. Y cuando me refiero a la cuestión simbólica, también me refiero a las inquietudes republicanas.

A aquellos que sigan jugando con la cuestión nacional, cuando la gente se muere por un virus o se pierden trabajos a chorros, la realidad les pasará por encima.

Antonio Maestre

Es decir, todas las tensiones mediáticas y públicas alrededor de la figura del rey Felipe VI, ¿te parecen absurdas en este momento?

Con la situación actual, me parece demencial que el debate público se centre en unas protestas contra el rey. El rey es ahora irrelevante y, de hecho, la monarquía ya ha entrado en un proceso de autodestrucción. En cambio, debemos poner el foco en la defensa de los servicios públicos, que están siendo arrasados. Me asquea que las prioridades de muchos sean meterse con el rey o enarbolar una bandera, cuando hay gente que apenas puede comer o no se dan unas condiciones de seguridad para que tu hijo vaya al colegio.

En uno de los capítulos de ‘Infames’ aseguras que el independentismo también cuenta con olvidos o silencios históricos, al estilo del nacionalismo español. ¿A qué te refieres?

Quim Torra, por ejemplo, conoce las vinculaciones que tenía Estat Català en los años 30 con el fascismo, a través de los hermanos Miquel y Josep Badia. O la vinculación de los escamots que atentaban contra miembros de la CNT en nombre la patronal catalana. En el libro evidencio que el nacionalismo catalán puede derivar hacia posiciones fascistas. Es importante conocer la historia de los años 30… Claro que no todos los posicionamientos nacionalistas van a ser fascistas, pero cuando el nacionalismo se eleva como el único fundamento de una política, es fácil derivar hacia pensamientos reaccionarios con una estrecha relación con el fascismo. La historia nos alerta del peligro de transitar por unos caminos. Alguien que se autodefine de izquierdas no puede poner en valor a unos personajes que mataban anarquistas, como hicieron las juventudes de ERC a través de Twitter con los hermanos Badia.

Dices de Isabel Díaz Ayuso: “Es necesario ser muy servil y tener muy poco amor propio para ser como Ayuso. Nada de lo que ha logrado es por su trabajo, sabe lo que es aproximarse al privilegio, y con esa proximidad algunas migajas le han caído”. ¿Por qué referirse de esta manera a alguien que ha sido escogida de manera democrática?

Porque Isabel Díaz Ayuso representa lo peor de la política, representa a aquellos cuyo único valor es ser servil a un partido, aguantar de todo para llegar a tener una cuota de poder. Nadie discute la legitimidad de la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero hay que subrayar cuál ha sido su trayectoria hasta llegar allí. Su único legado es el de ser miembro de un partido que se ha tragado toneladas de mierda, con el único objetivo de defender la corrupción del PP. En el libro pongo el ejemplo de una situación vivida en La Sexta Noche: tras enumerarle un sinfín de casos de corrupción del PP, sólo pudo aguantar la mirada de manera estoica. Díaz Ayuso forma parte de la cantera de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid, cuyo único merito es tragarse la mierda ajena.

Isabel Díaz Ayuso representa lo peor de la política, representa a aquellos cuyo único valor es ser servil a un partido.

Antonio Maestre

Hablemos de la actualidad política. Podemos es, en gran parte, el legado del 15-M. Vino a asaltar los cielos y ahora es parte del poder gubernamental, con postulados que se acercan más a la socialdemocracia europea que no a una verdadera revolución del sistema. ¿Por qué históricamente todos los partidos en España han quedado engullidos por las instituciones?

Sinceramente, nunca he comprendido porque Podemos quería formar parte de un gobierno de coalición, con una posición de debilidad y ante una crisis que ya se preveía. Era evidente que no podrían aplicar su programa, que quedarían subsumidos al PSOE y que eso iba a tener un coste electoral. Fíjate en el ejemplo de Syriza, que llegó a ser partido de gobierno. El coste de no tomar medidas ambiciosas con los derechos sociales va a recaer exclusivamente en Podemos, a pesar de que ahora abogue por posiciones socialdemócratas suaves.

¿Ves opciones para que Podemos salga del gobierno de coalición y simplemente sea un socio preferente de Sánchez?

Una vez ha entrado el gobierno, ya no. Podemos aspirará, como mucho, a mover al PSOE a posiciones más izquierdistas, contará con entre 25 y 35 escaños y poco más. El momento fuerza del partido morado ya pasó y, de hecho, Pablo Iglesias sabía que la única opción que le quedaba para que su legado no pasara sin pena ni gloria era convertirse en vicepresidente del gobierno de España. Incluso aunque esa decisión pueda significar el fin del partido a medio plazo. Unidas Podemos será la nueva Izquierda Unida.

¿Dónde queda la coherencia de Pablo Iglesias cuando confía en el sistema judicial en todos los casos de corrupción del PP y, en cambio, ataca a ese mismo sistema cuando un juez indaga sobre su figura?

Detecto un fallo argumentativo en la comunicación de Unidas Podemos: para bien o para mal, la justicia todavía está bien considerada por parte de la opinión pública. Una sentencia judicial es un hecho reconocido por lo que es muy difícil escudarte en una serie de pormenores para atacar al sistema judicial. Podemos lleva algo de razón cuando se queja de una persecución jurídica y mediática, pero no puedes presentar una moción de censura por el caso Gürtel y luego cuando la justicia te apunta a ti, simplemente decir que todo es una campaña de persecución. El último auto de García Castellón deja mucho que desear desde un punto de vista jurídico pero si el Tribunal Supremo avala la imputación, Pablo Iglesias va a tener un grave problema político. No sé como argumentará que no dimite.

Si el Tribunal Supremo avala la imputación, Pablo Iglesias va a tener un grave problema político. No sé cómo argumentará que no dimite.

Antonio Maestre

¿Crees que va a ser imputado cuando todo apunta a que la fiscalía se opondrá?

Creo que no va a ser imputado porque el juez García Castellón comete errores jurídicos de bulto en su argumentación. Pero repito, si Pablo Iglesias es imputado, aunque posteriormente sea absuelto, tendrá muy difícil explicar que no dimite.

¿Consideras que la justicia ha actuado correctamente en el caso de los políticos catalanes que se saltaron la ley el 1-0, tal y como reconocieron ellos en el juicio?

La justicia debe ser proporcional y en el caso de los políticos catalanes no lo fue. Todos los que seguimos el juicio sabemos que fue una aberración jurídica. No se entiende que encausen a Jordi Cuixart o Jordi Sánchez. Además, los responsables políticos podrían simplemente haber sido inhabilitados como ha sucedido ahora con Quim Torra. También quiero dejar claro que la desobediencia civil es un derecho de los ciudadanos, no de las instituciones. Eso sí, la justicia española peca de desproporcionalidad con ciertos comportamientos.

Con la actual polarización política, ¿Es posible consensuar cambios estructurales en el denominado régimen del 78?

La Constitución blinda el régimen del 78, es un cepo. Por ejemplo, si queremos quitarle la inviolabilidad al rey, se tiene que aprobar una reforma de la Carta Magna, disolverse las cámaras, convocar elecciones y que la medida salga adelante con una mayoría reforzada. Ahora mismo, es imposible realizar cambios profundos en el régimen del 78 porque para conseguirlos necesitas al PP. Es una cuestión de correlación de fuerzas. Con todo, las sociedades evolucionan y espero que a España lleguen cambios, que los ciudadanos obliguen a los políticos a afrontar reformas estructurales.

Estoy a favor de la reconciliación tras lo sucedido en la Guerra Civil pero el primer paso debe ser reconocer a las víctimas, no humillarlas.

Antonio Maestre

Leo otro fragmento del libro: “España siempre han sido varias, pero se pueden reducir a dos, la que sufrió y cargó en sus espaldas el sueño del progreso para ser humillada a latigazos por la otra, y esa otra España que contemplaba la miseria, ensimismada en su exuberante acaparamiento”.

Cuando las múltiples Españas se acaban reduciendo a dos, los cambios profundos son imposibles. Para la España reaccionaria, la otra es antiespañola… Hasta que ambas no se reconozcan como iguales será imposible avanzar. Mientras tanto, las pequeñas mayorías marcaran la deriva del país hacia el progresismo o la regresión. Con un gobierno como el actual, los cambios serán cosméticos. Cuando hablo con nacionalistas catalanes les digo: “vamos a ponernos en la tesitura que la gente de izquierdas acepta un referéndum con vuestros criterios y que lo llevamos al Congreso. Allí quedaría en nada ante las posiciones del PP, Vox y Ciudadanos”. A veces, no nos gusta asumir la realidad y la realidad es que la correlación de fuerzas impide cambios profundos. Tenemos que luchar por cambiar la correlación de fuerzas y hasta entonces cualquier movimiento de confrontación va a polarizar más y hará todavía más imposible cualquier avance.

Para acabar, la reconciliación entre las dos Españas sólo será posible si ambas reconocen sus errores. ¿Estás de acuerdo con las implicaciones de esta afirmación?

Estoy a favor de la reconciliación tras lo sucedido en la Guerra Civil pero el primer paso debe ser reconocer a las víctimas, no humillarlas. La reconciliación no puede pasar por aceptar los postulados del vencedor y si no lo haces es que eres un guerracivilista. Hasta que no se reivindique la dignidad de aquellos que defendieron la democracia, la reconciliación no será posible. Las heridas no se cerrarán hasta que las familias de las víctimas puedan llorar a sus muertos. Hasta entonces, seguirá habiendo una imposición de los que ganaron la guerra.

Enrique Canovaca
Enrique Canovaca
Doctor en Comunicación y profesor asociado en la URV. Periodista freelance especializado en economía del deporte con amplia experiencia en la cobertura de noticias locales.

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1 COMENTARIO

  1. «En el libro evidencio que el nacionalismo catalán puede derivar hacia posiciones fascistas» (sic) Llega usted tarde, sr Maestre. El nacionalismo catalán hace mucho tiempo que ha virado hacia un totalitarismo fascistoide, que sufrimos en nuestras carnes los constitucionalistas que nacimos y/o vivimos en Catalunya.

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