Nuevo varapalo de la justicia a la política lingüística de la Generalitat. Hace un mes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sentenció que, respecto a los exámenes de Selectividad, «se ofrecerá de forma individual al alumno la opción de escogerlos en el idioma oficial que estime», en lugar de repartirlos primero en catalán y solo facilitarlos en castellano o aranés a quién lo exija, tal y como venía sucediendo hasta ahora. Sin embargo, la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) denunció que la sentencia se incumplió, ya que el día de las pruebas se dio preferencia al catalán preguntando a los alumnos: «¿Te va bien recibirlo en catalán?». La AEB también cuestionó la creación de listas en las que constaba el nombre del alumno junto al idioma, lo que creaba «confusión» sobre el derecho del alumno a escoger libremente la lengua que desee.
Pues bien, tal y como ha informado la plataforma en su cuenta de Twitter, el TSJC ha confirmado las medidas cautelares que obligan a la Generalitat a facilitar las pruebas en castellano y catalán. Al menos, ha informado el tribunal, hasta que «se dicte auto o sentencia que finalice el presente recurso de protección jurisdiccional de los derechos fundamentales de la persona».
Por otra parte, el Consell Interuniversitari de Cataluña deberá responder por el incumplimiento de las medidas. «Solicítese informe al Presidente/a y al Secretario/a del Consell Interuniversitari de Catalunya sobre el cumplimiento e instrucciones impartidas para la ejecución de lo establecido en el auto de medidas cautelares urgentes de 7 de junio de 2021, y recibido dése traslado a las partes», ha dictado el TSJC.
«La selectividad ‘sí’ se toca»
Tras conocerse la noticia, la AEB la ha celebrado con la expresión «Seguimos» en las redes sociales y recordándole a la consellera de Universidades e Investigación, Gemma Geis, que «la Selectividad sí se toca» —recordemos que Geis reaccionó el mes pasado a la sentencia del TSJC señalando que la «lengua catalana es la vehicular de Cataluña» y que «esto no es negociable ni interpretable», añadiendo la coletilla «La selectividad no se toca».