El separatismo siempre ha negado que exista un problema entre catalanes, proclamando que las tensiones que vive esta comunidad son producto exclusivamente de sus relaciones con el resto del Estado —cuya opresión contra Cataluña no habría acabado con el franquismo. Siendo así, es lógico que Esquerra se niegue, en vísperas de la mesa de negociación con el Ejecutivo de Sánchez, a celebrar una mesa de diálogo entre partidos catalanes, tal y como piden el PSC y los comuns.
Según afirmó ayer la portavoz republicana, Marta Vilalta, no existe conflicto alguno entre catalanes sino que el conflicto se produce entre Cataluña y España. «Que no se equivoque el PSC. No hacen falta gobiernos alternativos [los socialistas catalanes han constituido uno como método de oposición] sino resolver el conflicto en la mesa de diálogo», advirtió en Cardona (Bage), donde la formación nacionalista ha celebrado unas jornadas de trabajo lideradas por su presidente, Oriol Junqueras. Para todo lo demás, aclaró Vilalta, ya está el Parlament.
Apela a la unidad ante la mesa con Sánchez
A nadie se le escapa que dicha mesa ha abierto una brecha entre Esquerra y Junts per Catalunya. Sin ir más lejos, la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueres, ha subrayado hoy que los neoconvergentes «jamás» han defendido la mesa de negociación con Sánchez. Y es que, a su juicio, no se puede resolver en «una mesa con focos» lo que no se ha podido «solucionar en diez años».
Ante estos desaires, Vilalta ha emplazado a JxCAT a remar en la misma dirección: «Porque no vamos solos en la mesa, sino con los consensos de país que pasan por poder votar nuestro futuro y que se acabe la represión», situándolo en el 80% de la sociedad catalana. Sin embargo, Vilalta obvia que, según un encuesta reciente realizada por La Vanguardia, solo el 23% de los catalanes ve un referéndum separatista como solución.