En la escena internacional proliferan las medidas de presión contra Rusia por la sangrienta invasión de Ucrania, que ha causado ya la muerte de 2.000 civiles. Por ello mismo, choca que en el Puerto de Barcelona siga amarrado un lujoso yate de Alisher Usmánov, un oligarca «con lazos especialmente estrechos con el presidente ruso, Vladímir Putin», del que se le considera su presunto «testaferro», según la Unión Europea. A raíz de ellos, otros países europeos como Alemania han confiscado el Dilbar, el yate que Usmánov tenía en el puerto de Hamburgo.
Según el presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet, ya han informado a Puertos de España que este empresario tiene un amarre en Barcelona, y están esperando a saber «cómo actuar». Y es que, según relata Ara, el Puerto ignora cómo proceder si se decidiera actuar contra esta propiedad porque no existen leyes que contemplen estas circunstancias. Por otro lado, en el puerto barcelonés permanece amarrado también el My Solaris, del célebre multimillonario ruso Román Abramovich, propietario del equipo de fútbol del Chelsea. No obstante, dado que el barco no tiene bandera rusa sino de las islas Caimán, y Abramovich no figura en la lista negra de la UE, no es posible actuar.