Después de que las excarcelaciones de violadores provocada por los agujeros de la Ley del Solo Sí es Sí del Ministerio de Igualdad situase al Gobierno de coalición en el blanco de todas las críticas, los insultos machistas de la diputada de Vox Carla Toscano a Irene Montero han conseguido desplazar el centro de la polémica, blindando la imagen de ésta última. Sin embargo, las defensas acérrimas de Montero emprendidas por algunos analistas están siendo también fuertemente criticadas en las redes por su carácter excesivo. Es el caso de la columna que publicó ayer en El País Nuria Labari, que ha llegado a cargar contra lo que denomina «violencia de pensamiento».
«Toda violencia verbal o de pensamiento contra una persona es una violencia física», asegura Labari en el texto, titulado Irene Montero tiene razón: es fascismo. «De hecho», sostiene, «no hay una transición tan grande como nos gustaría creer entre insultar a una persona y golpearla, entre insultar a una mujer y matarla, entre insultar a un colectivo y aniquilarlo». Acto seguido, relaciona el exabrupto de Vox con el holocausto nazi: «Es fácil llegar a esta conclusión cuando escuchamos los discursos de Hitler y Mussolini: sus palabras son pura violencia física contra las vidas y los cuerpos de millones». Y concluye: «Sus palabras son y fueron asesinas porque así es como funciona la violencia fascista. Siempre, pero siempre, empieza en la boca».