A tres días de que se celebre el pleno de investidura del que deberá surgir el nuevo gobierno municipal de Ripoll, todas las posibilidades están sobre la mesa. La ultraderechista Silvia Orriols, líder de Aliança Catalana, ganó las elecciones al sacar seis de los 17 concejales con que cuenta la Corporación municipal. Tras ella se situó la candidata de Junts, Manoli Vega, que en un primer momento aseguró que los tres ediles de la formación se quedarían en la oposición. Una postura para la que contó con el respaldo del partido a nivel autonómico, reflejado en las palabras de Laura Borràs sobre facilitar que gobernara la lista más votada.
A este anuncio respondieron ERC, PSC y CUP pactando un cordón sanitario en el que, inicialmente, dijeron contar con Junts. Pero los posconvergentes aseguraron que no era así aunque también señalaron que estaban dispuestos a negociar con estos partidos para conseguir un gobierno «fuerte, sólido y con liderazgo» que debería estar encabezado por Junts. Sin embargo, la formación ha dado un paso más este miércoles al anunciar que solo está dispuesta a negociar con el PSC y ERC. Vega no quiere saber nada de la CUP y, según recogen diversos medios, ha acusado a los cupaires de extremistas que podrían crear «crispación y odio».
Sin embargo, la cabeza de lista de Junts quiere el apoyo de la CUP, así que en su nuevo giro de guión ha optado por ponerles contra las cuerdas asegurando que o dan su apoyo al gobierno pactado entre Junts, PSC y ERC o serán ellos los que faciliten que Silvia Orriols sea la nueva alcaldesa. Esta última, por su parte, reivindica su derecho a gobernar por ser la lista más votada.
Potser que pareu de castigar Ripoll amb la vostra arrogància i les vostres ànsies de poder.
Respecteu la voluntat popular.#SalvemRipoll amb ALIANÇA CATALANA https://t.co/KGrJUFeX19— Sílvia Orriols (@orriolsderipoll) June 14, 2023
