El pasado martes 5 de septiembre Puigdemont fijó sus condiciones para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Exige el reconocimiento de que todo lo que se hizo es legal, amnistiarlo todo, desjudicializar, nombrar un mediador… Y hablar de un referéndum. En la negociación de estas cuestiones veremos en Pedro Sánchez actitudes inimaginables hace unos meses.
Sorprende que Puigdemont hable en nombre de toda Cataluña cuando el 23-J su partido cosechó sólo 393.000 votos. Y el conjunto de Junts, ERC y la CUP obtuvo resultados muy pobres: 954.000 votos, el 17,6% del censo de Cataluña. Ahora Sánchez les está resucitando. Pero no nos toca examinar estas cuestiones. Como siempre, hablaremos de economía, de lo que Puigdemont dijo sobre lo que él llama “cuestiones materiales”. Y lo que no dijo.
1.EL AHOGO SISTEMÁTICO DE LA ECONOMÍA CATALANA
Según Puigdemont, el Gobierno español lleva a cabo un ahogo sistemático de la economía catalana, del cual es ejemplo doloroso la estrategia de cambio de sedes empresariales incentivada por un Real Decreto todavía vigente. (Se refiere al Decreto-Ley que permitió el cambio de domicilio social por el mero acuerdo del Consejo de Administración, sin necesidad de acordarlo en Junta General de Accionistas). Comentamos:
a)No vemos por ningún lado qué cosas hace el Gobierno español para ahogar sistemáticamente la economía catalana. Esta es una afirmación gratuita. Las principales decisiones de inversión son privadas y se toman libremente por las empresas sin intervención del Gobierno. Las de inversión pública autonómica se toman por la Generalitat. Y las de inversión pública estatal se fijan en los Presupuestos sin ánimo de ahogar a nadie.
b)El ejemplo del cambio de sedes empresariales es desafortunado. En los meses más críticos del procés las empresas más importantes de Cataluña se acogieron al Decreto-Ley mencionado para trasladar su domicilio social fuera de Cataluña. Fueron esas empresas las que quisieron ese Decreto-Ley pues, ante el temor de la independencia, precisaban con urgencia poner a salvo su pertenencia a un país de la UE, su permanencia en el euro, y su cotización en Bolsa. Casi nada. Y, además, ese cambio de domicilio social no ahogó nada pues el domicilio fiscal se mantuvo en Cataluña y no hubo ningún traslado de personas ni de instalaciones. No pasó nada material.
2.EL DÉFICIT FISCAL DE CATALUÑA: 20.000 MILLONES ANUALES
Dice Puigdemont que las instituciones catalanas no tienen los recursos para atender las necesidades de sus ciudadanos: el déficit fiscal de Cataluña es de 20.000 millones de euros anuales.
Puigdemont echa mano de un viejo mantra del independentismo como es la balanza fiscal. Según él, los ingresos públicos obtenidos por el Estado en Cataluña anualmente superan en 20.000 millones los gastos públicos realizados por el Estado en Cataluña. Eso quiere decir que una Cataluña independiente dispondría de 20.000 millones de euros más al año. Veamos:
a)No sabemos de dónde salen los 20.000 millones de Puigdemont. Los cálculos sobre balanzas fiscales son sumamente complejos y, según qué posición de partida se adopte, se producen resultados muy dispares.
b)En todo caso, con un sistema fiscal moderno, es evidente que en las autonomías donde vive gente más rica, el Estado ingresa más de lo que gasta. Es lo que pasa en Cataluña y, aún más, en Madrid. En cambio, en las autonomías donde vive gente más pobre, el Estado gasta más de lo que ingresa. Es lo que pasa en Andalucía y Extremadura. Esto es totalmente natural, ocurre en todo el mundo, tiene que ver con la solidaridad y a nadie se le ocurre discutirlo. Sorprende que Sánchez incluya dentro de la “mayoría progresista” a alguien que recurre a este tipo de argumentos.
3.EL GOBIERNO ESPAÑOL NO EJECUTA NUNCA LAS INVERSIONES EN CATALUÑA
Este es otro viejo mantra del independentismo esgrimido por Puigdemont. Es cierto que el porcentaje de ejecución del presupuesto de inversiones del Estado en Cataluña (un 36% en 2021) es claramente mejorable, pero eso no tiene nada que ver con una supuesta mano negra en Madrid contra Cataluña. Son razones técnicas, relativas a la complejidad de las obras públicas (sobre todo, infraestructuras ferroviarias y portuarias), las que explican ese retraso.
También en el resto de España es mejorable dicho porcentaje de ejecución: en 2021 el Estado ejecutó sólo el 42% de las inversiones presupuestadas en Andalucía y en Valencia. No hay nada especial contra Cataluña.
Tampoco la Generalitat ofrece mejores resultados en este tema. Y tampoco los ofrecen otros países que, al igual que España, no consiguen ejecutar los fondos estructurales adjudicados por la Unión Europea. Está pasando ahora con los Fondos Next Generation. No conseguimos gastarlos.
¿Y qué puede decir en este tema una Generalitat que ha paralizado la ampliación del Prat, que ha perdido la fábrica de baterías de Volkswagen, y que no tiene interés en proyectos singulares como los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 y el Complejo de ocio de Salou?
4.PUIGDEMONT NO DIJO QUE LA GENERALITAT DEBE 72.000 MILLONES AL ESTADO
Puigdemont dijo que la Generalitat carece de recursos para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. Esta es otra afirmación gratuita. La Generalitat, dirigida por independentistas, ha establecido el sistema fiscal más inaguantable de toda España. Lo quieren así, aunque perjudiquen el crecimiento. El castigo se nota en los impuestos cedidos (cuota autonómica del IRPF, Transmisiones, Sucesiones y Patrimonio, mucho más elevados que en el resto de España). Y se nota en los impuestos propios: Cataluña tiene 15 impuestos propios, más que nadie. Y gastan a su gusto. Sus altos cargos tienen las mejores retribuciones del país. Y a veces gastan en actividades que tienen más que ver con el proyecto independentista que con el crecimiento económico. Obviamente, no les llega el dinero. No pueden pedir prestado a los mercados porque les freirían a intereses. Y ahí está el Estado español, que les presta lo que haga falta y casi sin intereses. Con datos de marzo de 2023 la Generalitat debe un total de 85.000 millones, de los cuales 72.000 millones se le deben al Estado. Cataluña es la deudora nº 1 frente al Estado. La 2ª es Valencia con 46.000 millones y la 3ª Andalucía con 25.000 millones. Madrid aparece con cero euros. De esto no dice nada Puigdemont: demoniza a un Estado que es su banquero fácil y gratuito.
Es seguro que en la letra pequeña de las negociaciones para la investidura se tratará de condonar todo o buena parte de esta deuda. Bonito asunto. Una vez más se premiará el despilfarro.
5.LO QUE LE TOCA A CATALUÑA DE LA DEUDA PÚBLICA GENERAL
Tampoco habló Puigdemont de lo que le corresponde a Cataluña en la Deuda Pública general, una vez excluída la Deuda Autonómica. Con datos de junio 2023, y repartiendo con arreglo a la población, a Cataluña le tocan 204.000 millones de euros. De este modo, una supuesta Cataluña independiente nacería con una deuda de 289.000 millones de euros. ¿Qué pensará Puigdemont de esto?
