ENTREVISTA / Manel Sanromà: «Frente a la inteligencia artificial, necesitamos un sindicato de la humanidad»

Profesor de matemática aplicada de la Universidad Rovira i Virgili, Manel Sanromà es desde octubre presidente de CIVICAi

Manel Sanromà.

Según su propio perfil en Linkedin, Manel Sanromà es astrofísico de corazón, tecnófilo gracias a Internet, aspira a una IA humana, es egiptólogo frustrado y amante de las matemáticas y la historia. Profesor de matemática aplicada de la Universidad Rovira i Virgili y del dominio .cat, fue el primer presidente de la Fundación puntCAT. Miembro de la Internet Society y ex director del capítulo catalán, en octubre de 2023 fue elegido presidente de CIVICAi, una asociación abierta que trabaja por el libre acceso y el buen uso de la Inteligencia Artificial.

La IA ¿es, únicamente, control del gobierno y negocio multinacional? 

Hace falta una organización internacional que ponga en el centro a las personas.  Durante la revolución industrial, los sindicatos consiguieron derechos para los trabajadores. Ahora, tenemos que defender otros valores muy elementales, como los derechos humanos, pero, incluso, más elementales. 

Hay países que no creen en los derechos humanos. 

Si, hay países orientales o musulmanes que dicen que esta construcción tan occidental de los derechos humanos no les representa. Pero hay cosas que representan a cualquier humano. Todos somos padres, madres o hijos, todos queremos lo mejor para nuestros hijos, sean palestinos, chinos, rusos o de Premià de Mar.

Hay cosas que todos queremos…

Todos queremos salud, porque sin ella, la vida no vale la pena. Todos queremos que no nos molesten, ni personal ni colectivamente.  No añado algo que hacemos mucho los occidentales, que es “vender democracia al mundo”. Hay gente que, simplemente, no quiere democracia parlamentaria. No le interesa, por su cultura, o por lo que sea. 

¿Quién defenderá “lo humano” en este mundo?

Hoy, no se defiende. Estamos frente a la tecnología más poderosa que ha creado la humanidad, la inteligencia artificial. Nos preguntamos ¿cómo, dónde y para qué está construida la IA?  Para ponerlo en cuestión, tenemos que organizarnos a nivel global, como un sindicato de “lo humano”. 

Pero ¿no son los sindicatos de otra época?

Precisamente, los sindicatos están en crisis, porque estamos frente a una nueva sociedad, a la que las antiguas instituciones muchas veces no dan respuestas. Y para poder darlas, no basta con cambiarles de nombre.  Tienen que funcionar.

¿Siguen vigentes las leyes de la robótica de Asimov?

En este momento, más que las leyes, tiene que venir alguien que tenga capacidad de hacerlas cumplir. Cumplimos con las leyes en parte porque creemos en ella y, también, porque si no las cumples, tienes una multa, te cae encima la justicia, otra organización que han montado los humanos. 

Nadie ha visto un juez brotar en el campo.

No, al final todo son inventos de la humanidad. Es lo que decía hace 7 u 8 años un entomólogo, un gran científico de les hormigas, que murió poco antes del boom de la IA. Los humanos, como individuos, continúan teniendo cerebros primitivos paleolíticos. Una gran parte de la gente no se ve a sí misma, se conforma con ver la televisión. 

Y, según parece, también sentimos…

Nos peleamos, nos amamos apasionadamente, nos matamos, somos codiciosos… son estas cosas las que dominan el cerebro humano, y creemos que podemos plantearlas en términos éticos o religiosos individualmente, pero no lo hacemos con la racionalidad ni con una ética colectiva.

¿Deberían las instituciones arbitrar el conflicto?

Para poder vivir en comunidad, hemos inventado unas instituciones, pero son de origen medieval… el sistema judicial, los estados, las universidades, las empresas o los propios sindicatos se remontan a la edad media o tienen ADN renacentista. Son anticuadas. 

En el otro extremo, tecnología futurista.

Futurista y cautiva. Entre unas instituciones evolucionadas, pero todavía anticuadas y una tecnología que tira adelante sola, las instituciones tienen que evolucionar. Los cerebros son difíciles de cambiar, hay que ir haciéndolo, pero muchas veces hacen falta generaciones para conseguirlo.

Hace no tanto, la esclavitud se consideraba normalidad.

Y ahora no es así porque, al final, tenemos el tercer mundo, o el sur global. Ahí tenemos los esclavos que permiten que nosotros podamos viajar barato o comprar productos baratos. No creo que los esclavos estén tan lejos si en Barcelona, en Catalunya o en España vive gente con trabajo fijo y sin techo. 

Se dice que hay que regular la inmigración…

Aquí tenemos puestos de trabajo y allí hay personas sin techo, que cobran un dólar al día. Pero les negamos la entrada. ¿Por qué? Decimos que son peligrosos, que son delincuentes. Los humanos somos muy primitivos y las organizaciones no dejan de ser expresiones humanas.     

Entonces, hay que empezar por las instituciones…

Empieza a ser urgente. La inteligencia artificial es una tecnología que puede hacer cosas que nadie ha imaginado. Se puede inventar, por ejemplo, que de aquí a un año tu estés hablando con un individuo que sea yo, pero sin ser yo. Hemos empezado a ver actores que nos estaban hablando, que hacían actuaciones inéditas, pero no eran ellos.

Y, así, podremos ver lideres políticos “fake”, o noticias “fake”

 Ahora, con la guerra, vemos vídeos cada día, y en los medios dicen “primero hemos comprobado que es verdad”. Porque con estas herramientas de IA, montar un vídeo de un hospital bombardeado por la aviación o, al contrario, de unos colonos atacados por comandos, está chupado. Y cada vez será más fácil. Imagínate que mañana sale un vídeo inventado de 20 pakistaníes violando a dos mujeres hindús y en cuestión de horas ya se producen linchamientos que llevan una guerra entre la India y el Pakistán, que son dos potencias nucleares. 

Para que esta distopía no ocurra ¿qué hacer? 

Una reforma o una reinvención de las instituciones y de los poderes que nos permitan afrontar esto. Porque lo que no podremos cambiar es que algún tarado haga este tipo de cosas con la misma tecnología que todos empezamos a tener al alcance ya. 

Estados Unidos empieza a regularlo…

Si, hace poco salió la noticia de que Estados Unidos empezará a regular la inteligencia artificial para no dejarla sólo en manos de las empresas privadas. Y esto en los Estados Unidos, que son uno de los paraísos de las empresas privadas grandes, para que no pongan en riesgo al Estado. Pero también es una política de intentar que el gobierno mantenga su poder y su capacidad de control. 

Los gobiernos no le tranquilizan mucho… 

No, porque la agenda del gobierno de los Estados Unidos es la supremacía mundial, como la de la China y la de algunos otros. Quizás prefiero a los Estados Unidos porque, aunque fueran unos h*** de p***, son nuestros h*** de p***. Pero de tranquilizarme, poco, porque viendo las noticias de la CNN, los movimientos de sus tropas indican que quieren ayudar a Israel, si, pero atención, que estando ahí lo que quieren es estar preparados para sacar a  100.000 norteamericanos que viven en el Líbano. Que la guerra de Israel pudiera propagarse al Líbano sería terrible. 

¿Y Europa?

Es quizás la que pinta menos. Podría intentar usar su poder histórico y cultural, así como su capacidad de estar en medio entre los Estados Unidos y la China, no solo geográficamente, que también es importante, sino desde el punto de vista político, pero no. No existe. ¿Son 27 o 28 estados? Yo me he perdido, no sé cuántos son, ¿cómo vamos ponerlos de acuerdo?  

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