Diego Fusaro presentó durante la tarde de ayer su nuevo libro, ‘Defender lo que somos’, editado por El Viejo Topo, ante un centenar de personas congregadas en Casa Elizade.
A modo de preámbulo, Miguel Riera, director de la editorial, cuestionó con fina ironía el veto que sufrieron hace un año por editar libros del filósofo italiano en la feria del libro Literal: «Esto debe ser un encuentro de rojipardos, que yo exactamente no sé lo que es. Una descalificación más, similar a la de fascista, que solo parece conocer un intelectual cercano a los comunes y muy crítico con nuestro autor, Steven Forti. Y todo, como mínimo en España, por una pésima lectura de un artículo de Héctor Illueca, Manolo Monereo y Julio Anguita».
Fusaro, por su parte, emprendió la marcha subrayando que «hemos pasado de un capitalismo disciplinario a uno desregulado»; ahora ya no contamos con esa «identidad obrera». El filósofo sostuvo que actualmente asistimos a una «horizontalización del conflicto», en lugar de a la «lucha de clases»; esto es, al enfrentamiento entre sujetos con «identidades líquidas», a la «propia negación de la multiculturalidad». «Es más funcional para la lógica del capital la izquierda fucsia que cualquier otra ideología», apuntó.
De ahí que su fórmula para revertir la situación pase por recuperar los estados-nación para disciplinar al mercado y poner fin a la «uniformidad neoliberal», sin renunciar a nuestra «propia identidad nacional, plural y no esencialista».