La 39ª edición de los Premios Goya, celebrada este año en Granada, ha dejado para el recuerdo una inesperada intervención que ha generado mucho revuelo. María Luisa Gutiérrez, productora de la película La Infiltrada, sorprendió a público y redes con un discurso que rompió la narrativa habitual en este tipo de galas. Además de dedicar el premio a la agente de policía en la que se basa la película, lanzó un mensaje claro: recordó a las víctimas de ETA y reivindicó la importancia los cuerpos de seguridad, que «arriesgan su vida por el bien común y la democracia».
🔴 Dos minutos y 43 segundos de oro protagonizados por María Luisa Gutiérrez (“La infiltrada”) en la gala de los Goya
— Doctor Tricornio (@Doct_Tricornio) February 9, 2025
Dos minutos y 43 segundos de dignidad, coraje y MEMORIA HISTÓRICA
SÓLO RETUITEA el discurso de esta VALIENTE pic.twitter.com/TaCE5LgVYu
Lejos de los hastiados discursos amparados en la corrección política y el componente social que suelen dominar la gala, Gutiérrez habló sin rodeos. La productora recordó a Gregorio Ordóñez, asesinado por el terrorismo, defendiendo a su vez la necesidad de recordar también la «historia reciente del país» cuando se habla de memoria histórica. Un mensaje que en cualquier otro contexto no sería polémico, pero que en un evento como los Goya resultó una auténtica bocanada de aire fresco para muchos.
Reacciones
Tras la gala, las redes sociales se inundaron de mensajes celebrando la valentía de Gutiérrez, destacando que es la primera vez en mucho tiempo que un discurso en los Goya decide salirse del guion preestablecido. Los usuarios elogian así su naturalidad y su sinceridad, aplaudiendo que hablara «sin miedo» y «sin caer en la hipocresía de siempre».
Al final la «Infiltrada» era ella, defendiendo la libertad de expresión y recordando que memoria democrática también es recordar la lucha contra el terrorismo de ETA. #Goya2025 pic.twitter.com/W1s36a8F5f
— Dios (@diostuitero) February 9, 2025
También se destacó su mención a sectores como la agricultura y la ganadería, reivindicando a quienes trabajan día a día sin recibir grandes titulares ni el foco mediático. Para muchos, fue una intervención que mostró valores como el esfuerzo, el sacrificio y la memoria sin los filtros impuestos por la corrección política.
El discurso de Gutiérrez ha abierto así un debate sobre la pluralidad ideológica en la industria cinematográfica española, encontrando también algunos detractores en redes. Para muchos, pero, su intervención demuestra que es posible alejarse de la línea predominante en la gala y dar voz a otras sensibilidades sin miedo. La gran pregunta ahora es si este gesto será un hecho aislado o si marcará un punto de inflexión en un sector donde hasta ahora ciertos temas parecían intocables.