La Unión Europea ha esquivado —aunque a un alto precio— el gravamen del 30 % que Donald Trump exigía para sus productos. A cambio, ha pactado un arancel uniforme del 15 % para todo lo que cruce sus fronteras hacia Estados Unidos a partir del 1 de agosto.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca, la sintonía con Ursula von der Leyen ha sido prácticamente inexistente, pero la amenaza de un conflicto comercial total ha obligado a ambas partes a alcanzar un entendimiento.
Detalles del acuerdo
El acuerdo, firmado en Turnberry (Escocia), ha sido celebrado por el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, como “el desbloqueo de una de las mayores economías del planeta”. Según confirmó en la red social ‘X’, por primera vez en la historia, la Unión Europea aceptará íntegramente los estándares industriales y automotrices de Estados Unidos.
Además, la organización supranacional se compromete a invertir 750.000 millones en energía estadounidense y 600.000 millones en territorio americano, al tiempo que se abstendrá de imponer aranceles a productos estadounidenses. Ursula von der Leyen defiende que el pacto evita una guerra comercial y fortalece la relación con Washington, pero lo hace a costa de importantes concesiones estratégicas y económicas, incluida una mayor inversión en equipamiento militar fabricado en EE. UU.
Reacciones en la UE
La llamada “tregua transatlántica” ha generado tensiones internas en el seno de la Unión: el canciller alemán, Friedrich Merz, reconocía que, más allá de evitar un daño económico profundo, “preferiríamos un comercio mundial libre y justo”, una declaración que no esconde el evidente malestar de Berlín. En Francia, pese a no haberse pronunciado Emmanuel Macron, la oposición ha sido explícita: Marine Le Pen calificó el acuerdo de “fiasco político, económico y moral”, mientras que Jean-Luc Mélenchon lo definió como “una sumisión al Imperio”.
En España, la reacción ha brillado por su ausencia. Ninguno de los principales líderes —ni el presidente Pedro Sánchez, ni Alberto Núñez Feijóo, ni Santiago Abascal— ha hecho declaraciones al respecto, pese a que han transcurrido más de doce horas desde la comparecencia conjunta de Von der Leyen y Trump.