«Salía del baño a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara (porque tú estabas sentada y él de pie)». «Escenificó un día en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento». «Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote». Estos son algunos de los testimonios recogidos por eldiario.es de mujeres socialistas que, presuntamente, sufrieron el acoso sexual del exsecretario de Análisis y Acción Electoral del PSOE, Paco Salazar.
La decisión del partido de abrir sus procesos internos de investigación y de no llevar las denuncias ante la Fiscalía ha provocado una crisis más dentro del PSOE. Por un lado, están quienes consideran que es necesario denunciar ante los tribunales lo sucedido, por mucho que Salazar se considere uno de los hombres de confianza de Pedro Sánchez. Este sector lo encabeza Adriana Lastra. En el otro extremo se encuentran quienes creen que primero hay que actuar internamente y ya después se verá si se recurre o no a la Justicia.
El protocolo de la discordia
A pesar de que las denuncias se conocen desde hace meses, la hoy portavoz de los socialistas, Pilar Bernabé, ha asegurado que el PSOE ha sido «siempre inflexible» ante este tipo de hechos. «No toleramos ningún acto que sea reprobable y, desde luego, vergonzante como los que hemos podido leer estos días», dijo este jueves, «por eso el PSOE es el partido que siempre ha puesto en marcha todos los mecanismos posibles para parar cualquier tipo de comportamiento negativo. Por eso estamos hablando de un protocolo que solo tiene el PSOE».
Este protocolo se activó el pasado mes de julio ante las primeras denuncias y Bernabé ha asegurado que se ha hecho «todo lo posible» para solucionar el «problema». También ha añadido que el partido ha atendido «a las mujeres que no se hayan podido sentir suficientemente atendidas o arropadas«. Y eso a pesar de que el partido como tal se ha limitado a abrir estas investigaciones internas y, sorprendentemente, ha perdido las denuncias presentadas contra Salazar.
El sorprendente caso de Torremolinos
Mientras Pedro Sánchez parece mirar hacia otro lado en el caso Salazar, en Málaga los socialistas han actuado de forma más contundente contra el secretario general del partido en Torremolinos, Antonio Navarro. Tras confirmarse la presentación de una denuncia contra Navarro ante la Fiscalía de Violencia contra la Mujer por presunto acoso sexual, formulada por una militante, la formación ha decidido este viernes suspenderle de militancia y cargo. La víctima, que llevaba años trabajando con Navarro, denunció los hechos ante el propio partido en Ferraz, sin recibir la respuesta adecuada. Por ello acabó recurriendo a la Justicia.
Una decisión, la la suspensión, que va más allá de lo sorprendente pues este jueves las mujeres que integran la comisión ejecutiva del PSOE en esta localidad malagueña dieron a conocer un comunicado en el que cuestionaban a la víctima y defendían la presunción del hasta hoy secretario general del partido en esa localidad. «Nunca hemos presenciado actitudes machistas, denigrantes, de acoso sexual, abuso o cualquier conducta no apropiada por parte de Antonio Navarro hacia ninguna mujer», reza el comunicado, «habiendo sido testigos de la relación mantenida entre ambos, de la complicidad, de los abrazos entre ellos y de todos y cada uno de los actos en los que muchas de nosotras hemos participado posteriormente a los hechos denunciados en 2021, en los que ambos participaban con total normalidad, con muestras de cariño y sin existir atisbo de ninguna posición de supremacía, acoso o agresión«.
