En España y Cataluña, el ritual es sagrado: 12 uvas, ropa interior roja y un brindis con cava o champán. Es nuestra forma de atraer la suerte, pero si cruzamos la frontera, el concepto de «buena suerte» se vuelve mucho más extraño (y peligroso). En elliberal.cat hemos seleccionado los rituales más peculiares del planeta para que te plantees si este año prefieres algo más emocionante que las campanadas de la televisión.
1. Dinamarca: Guerra de platos contra la puerta
Si en Cataluña nos preocupa que no se raye la vajilla, en Dinamarca es todo lo contrario. Los daneses guardan los platos viejos durante todo el año para estrellarlos contra las puertas de sus seres queridos la noche del 31. Encontrar una montaña de cerámica rota en tu entrada es la mejor señal: significa que tienes muchos amigos y que te espera un año increíble. Además, para rematar, saltan desde una silla a medianoche para «aterrizar» con buen pie en el año nuevo.
2. Rusia: El cóctel de los deseos quemados
Este es solo para estómagos resistentes. En Rusia, la tradición manda escribir un deseo en un papel, prenderle fuego y echar las cenizas en una copa de champán. El reto es beberse la mezcla antes de que el reloj marque las 00:01. Si lo logras sin atragantarte, tu deseo está garantizado.
3. Italia: Lentejas y muebles por la ventana
Nuestros vecinos italianos confían en la comida para atraer el dinero: un buen plato de lentejas en la cena de San Silvestre es obligatorio. Sin embargo, en ciudades como Nápoles, mantienen viva una tradición más drástica: lanzar trastos viejos y muebles por la ventana. Es su forma de decir adiós a todo lo malo del año pasado y hacer espacio para lo nuevo. ¡Cuidado al caminar por la acera!
4. Japón: 108 campanadas para limpiar el alma
Si las 12 campanadas de la Puerta del Sol se te hacen largas, en Japón necesitarías mucha paciencia. Los templos budistas hacen sonar sus campanas 108 veces. Según su creencia, cada tañido elimina uno de los 108 pecados o deseos mundanos que nos hacen sufrir. Es una purificación espiritual profunda antes de empezar el 2026.
5. Filipinas: La fiebre de los lunares
En Filipinas, el 31 de diciembre todo gira en torno a lo redondo, que simboliza las monedas y la prosperidad. Por eso, es tradición vestirse con ropa de lunares (cuantos más, mejor) y llenar los bolsillos de monedas para hacerlas sonar justo a medianoche. Además, en la mesa no pueden faltar 12 frutas redondas.
El toque local: ¿Y en Cataluña?
Aunque no tiremos muebles por la ventana, en Cataluña tenemos a nuestro protagonista indiscutible del día 31: L’Home dels Nassos (El hombre de las narices). Este personaje mítico tiene tantas narices como días le quedan al año. Por supuesto, al ser 31 de diciembre, ¡solo le queda una! Es la tradición perfecta para los más pequeños antes de la gran cena.
¿Te atreverías a cambiar las uvas por alguna de estas locuras o te quedas con la tradición de siempre? Cuéntanoslo en los comentarios de elliberal.cat.
