En las últimas semanas se van acumulando acontecimientos que muestran un innegable debilitamiento del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Desde sucesivas y cada vez más frecuentes derrotas parlamentarias hasta innumerables casos de presunta corrupción y escándalos varios, pasando por fracasos en su afán de controlar empresas y entidades financieras. Ante esta situación la pregunta que surge con fuerza es si estamos ante el fin de ciclo de la era Sánchez o, por lo menos, a las puertas de nuevas elecciones.
Junts
La relación del PSOE con Junts ha sido un permanente tira y afloja. Los de Junts han amagado reiteradamente con la ruptura sin que la sangre llegará al rio a la espera de la amnistía de Carles Puigdemont. La esperanza de que el tema se solventara en el TC antes de agosto se va desvaneciendo ante la cada vez más probable posibilidad de que la resolución del TC se retrase hasta que se pronuncie el TJUE. El concierto, ni tan siquiera la financiación singular, avanzan. El reconocimiento del catalán en Europa tampoco parece inminente por la oposición de diversos países de la UE: Es cierto que Junts ha logrado concesiones menores como el nombramiento de personas afines en AENA, la CNMV, RTVE, Renfe o Enagás, pero la pérdida constante de votos hacia Aliança Catalana obliga a Puigdemont a planificar la ruptura total lo que no significa necesariamente apoyar una moción de censura destinada exclusivamente a convocar nuevas elecciones.
Podemos
El partido de Irene Montero, Belarra e Iglesias es ya de facto un partido de oposición. La debilidad de Sumar es un incentivo para marcar perfil propio a la espera de una convocatoria electoral que les permita superar Sumar o, por lo menos, recortar sustancialmente la distancia actual en número de escaños. Desde luego no va a apoyar una moción de censura pero si crear las condiciones para que Sánchez acabe adelantando las elecciones si ve una ventana de oportunidad para hacerlo.
Corrupción
El frente judicial, con casos tan mediáticos como el de Ábalos, su esposa, su hermano o el Fiscal General tienen un doble efecto. Por un lado deterioran la imagen gubernamental, pero por otro son un incentivo para que Sánchez resista: desde el gobierno se dispone de más medios para protegerse.
Otros acontecimientos que muestran la debilidad del Gobierno
Aunque Sánchez ha logrado hacerse con el control de Telefónica ha sufrido dos derrotas significativas en su afán de control de La Caixa o Prisa. La destitución de Ángel Simón como Consejero Delegado de Criteria por parte de Fainé ha frenado en seco el intento de hacerse con el control de la entidad financiera. La designación de Francisco Reynés como sustituto de Simón y el ascenso de directivos de plena confianza del Presidente Fainé se interpreta en clave sucesoria y de realineamiento favorable a Junts y el PP. La destitución de José Maríaa Alvarez-Pallete, hombre de La Caixa, y su sustitución por Marc Murtra, empresario de la órbita socialista, fue la gota que desencadeno la reacción de Fainé.
La negativa de Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa, a invertir en un nuevo canal de televisión afín al gobierno ha desatado una guerra con un grupo de accionistas afines al Pedro Sánchez liderados por Global Alconaba. La destitución de Contreras o Nuñez , la ampliación de capital realizada por Oughourlian, y su control de la última Junta muestran que el Gobierno parece haber pérdido la batalla. No es un tema baladí. El País y la SER han sido dos soportes mediáticos imprescindibles para el sanchismo. El cambio de línea editorial o la rumoreada venta de ambas empresas sería un golpe difícil de superar para la estrategia mediática del Gobierno.
No es aventurado afirmar que ambas derrotas gubernamentales no se hubieran producido sin el contexto de debilidad del Gobierno.
Otros datos significativos que muestran un posible cambio de ciclo son la convocatoria del Congreso del PP para este mes de julio y el sutil pero meridiano giro en la línea editorial de un medio que se adapta como nadie a los tiempos políticos: La Vanguardia.
¿Adelanto electoral?
Las nubes de tormenta pueblan el cielo político de Madrid. ¿Descargarán? ¿Tendremos moción de censura instrumental para convocar elecciones este otoño o en primavera de 2026?. El Gobierno se reafirma, como no puede ser de otro modo, en que agotará la legislatura. La moción de censura parece de muy difícil concreción. Un adelanto electoral depende de que Sánchez vea una ventana de oportunidad. Las encuestas vaticinan una mayoria de PP-Vox. La debilidad de Sumar mantiene al PSOE en la pelea. Pero la evolución judicial de los casos de presunta corrupción, la remisión de la amnistía al TJUE, y la no aprobación , por tercer año consecutivo, de los Presupuestos, hacen prácticamente imposible que la legislatura llegue a su final en 2027.