Pese a los esfuerzos de José Manuel Albares, el catalán, el euskera y el gallego no serán lenguas oficiales, de momento, en la Unión Europea. Desde el Times apuntan que el ministro de Exteriores habría incluso amenazado a los países bálticos con replantear la posición española en materia de defensa en el Este. No obstante, desde el Gobierno desmienten esta información.
A fondo perdido
Ahora bien, lo que sí es una realidad inapelable es que desde Exteriores se han comprometido formalmente con el resto de Estados a que España asuma los costes de la oficialidad. Es decir, a invertir a fondo perdido en recursos técnicos y humanos para impulsar la implementación de las lenguas regionales en la Unión.
Respuesta popular
En sentido inverso, es decir buscando evitar la oficialidad, el Partido Popular también ha presionado a sus afínes. Giorgia Meloni, presidenta de Italia, ha sido contactada por Núñez Feijóo y, en principio, la República se mostrará reticente a la oficialidad. Además, el líder popular ha manifestado hoy durante un acto que «estamos hablando entre 130 y 140 millones de euros todos los años de dinero público. Creo que bien merece una reflexión este asunto».
Otra bravuconada de Puigdemont
Unas declaraciones que nada han gustado a Carles Puigdemont, quien ha replicado al gallego acusándole de desobediencia, rebelión e incluso traición. Sin embargo, tras su provocación bravucona, el prófugo no ha aclarado si va a seguir sosteniendo el gobierno de Pedro Sánchez o, por contra, tomará cartas en el asunto.