Después de visitar Ferraz y reunirse ayer con altos cargos del PSOE, Leire Díez, ‘la fontanera’, ha dado una rueda de prensa explicándose, tras filtrarse una serie de audios en los que ofrecía tratos favorables con la administración a un empresario, a cambio, eso sí, de información para matar civilmente al teniente coronel de la UCO, Antonio Balas, casualmente el último responsable de la investigación a Begoña Gómez y David Sánchez.
Un libro
Durante su intervención, Díez ha manifestado que “se puede ser socialista y realizar labores de investigación”, y ha añadido que toda su actividad responde a la pretensión de publicar un libro sobre «el falso patriotismo”.
Con respecto a la grabación, la exresponsable de Relaciones Institucionales en Correos ha afirmado que la filtración “es ilegal” y que, además, contrariamente a lo publicado en los últimos días, “no trabaja para el PSOE”.
Se va, no la echan
Para concluir, Díez ha subrayado que su baja del partido “es voluntaria”, señalando implícitamente que no ha sido coaccionada por los socialistas. De este modo, “podré realizar labores de investigación con más libertad”, ha añadido.
Cuando parecía finalizada su declaración ante los medios y Díez se disponía a retirarse, apareció de la nada en el Hotel Novotel de Madrid Víctor de Aldama, acusando a la socialista de ser “una sinvergüenza” y mentir. El empresario, además, también confesó ante la multitud de medios allí congregados que él también fue amenazado por Díez. Conluyendo así, tras la huída de la exconcejala, una escena más propia de Baron noir que de la política española.