La campeona olímpica Simone Biles se ha visto envuelta esta semana en una intensa controversia en redes tras responder a un mensaje de la exnadadora Riley Gaines, reconocida por su activismo en contra de la participación de mujeres trans en el deporte femenino. Gaines publicó en X: «Era de esperar cuando tu jugadora estrella es un chico», en alusión a Marissa Rothenberger, un joven trans que jugó como pitcher en el equipo campeón estatal de sóftbol de Champlin Park, Minnesota.
Paradoja
Biles reaccionó duramente, llamando a Gaines “perdedora” y “enferma”, y defendió el derecho de las personas trans a no ser hostigadas por su identidad de género. “Todo esto porque perdiste una carrera… da auténtico asco”, escribió. Sin embargo, más allá de la crítica, lanzó una propuesta concreta: crear una categoría deportiva específica para atletas trans. Una solución que, según sus propias palabras, permitiría evitar conflictos y proteger a todas las partes implicadas.
Lo paradójico es que, aunque partan desde posturas enfrentadas, Biles y Gaines terminan coincidiendo en un punto clave: ambas plantean que los atletas trans compitan por separado.