SIL
SIL

El juez del caso Volhov se niega a ejercer de «censor» como le exigía el abogado del jefe de la oficina de Puigdemont

Aguirre recuerda que las conversaciones grabadas versan sobre asuntos vinculados a los delitos investigados

El abogado de Josep Lluís Alay, Gonzalo Boye, en una imagen de archivo (Europa Press).

El juez del caso Volhov, Joaquín Aguirre, que investiga una presunta trama de corrupción vinculada al procés, se ha negado a ejercer de «censor«, tal y como le reclamaba el abogado de uno de los investigados, el controvertido Gonzalo Boye. Este representa en el caso a Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont en Barcelona, detenido a finales del pasado mes de octubre e investigado por presunta malversación de fondos vinculada a la participación de Puigdemont en la conferencia internacional Crans Montana en 2017.

La filtración a los medios del sumario del caso cuando ya había sido levantado el secreto llevó a Boye a pedir al juez la deducción de testimonio de particulares por la difusión en los medios de noticias vinculadas a Alay. El representante del jefe de la oficina de Puigdemont también había solicitado que se evitara la publicación de datos, fotografías o vídeos vinculados con la causa. Algo que ha denegado el juez Aguirre en un auto apelando a que no existe legislación que ampare esa petición. Además, ha añadido que el abogado no ha justificado «por qué el juez instructor habría de ejercer una función de censor que desapareció de España aproximadamente en 1976».

Boye, por su parte, ha mostrado su rechazo al auto en su cuenta de Twitter. Lo ha hecho en un mensaje en el que también ha criticado que la decisión judicial haya sido notificada a los medios antes que a él: «Si en lugar de notificárselo a la prensa me lo notifica a mí, igual hasta puedo recurrir».

El juez, por otro lado, considera que lo publicado hasta ahora no afecta a la vida íntima de los afectados pues están siendo investigados por delitos referentes a la corrupción «en un sentido amplio, es decir, malversación de caudales públicos, prevaricación, tráfico de influencias, etc». Por ello, recuerda que en semejante contexto, solo «deben ser excluidas» de la investigación «aquellas conversaciones referentes a convicciones religiosas o la vida familiar, las aficiones personales y semejantes, puesto que no guardan relación». Por el contrario, conversaciones entre algunos de los investigados, como es el caso del propio Alay o David Madí u Oriol Soler y relacionadas con trámites vinculados a la Generalitat y a algunos consistorios no pueden ser considerados vida íntima.

NOTICIAS RELACIONADAS

SIL
SIL

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -
SIL

Lo Más visto

ANÁLISIS / Cuando contar deja de tener sentido

El 27 de agosto publiqué un artículo en este diario titulado “Mejor si dejamos de contar” en el que con cierta ironía...

El alcalde de Llívia deja de militar en ERC por el caos en la Cerdanya

El alcalde de Llívia, Elies Nova, ha informado que deja de militar en ERC por las medidas contra la Covid aplicadas en...

El separatismo ultra culpa al Govern de «inacción» y de haber puesto «en peligro» la inmersión lingüística

La entidad ultra Plataforma per la Llengua, conocida por fomentar el acoso a trabajadores que no hablan catalán y por espiar a...

La decisión del puto amo ( Puente dixit): ¿estrategia de salida o preámbulo de una involución autoritaria?

El inefable Oscar Puente ha dicho que Sánchez es el "puto amo". Más allá que la expresión no resulte propia de un...
- Publicidad -