Los Mossos d’Esquadra detuvieron el pasado miércoles a un monje del monasterio de Poblet (Tarragona) por, presuntamente, practicar tocamientos a una niña de cinco años durante una visita turística el 15 de agosto.
Al parecer, el monje fue denunciado por un turista alemán que lo habría fotografiado jugando con la niña a la salida del monasterio. Fuentes cercanas a la congregación apuntan a que el clérigo es amigo de la familia de la menor y seguramente se trata de una confusión y que lo que captó la cámara del denunciante fue un acercamiento mientras le hacía cosquillas. De hecho, sostienen, el hecho de que la familia de la presunta víctima no haya presentado denuncia, corroboraría la versión que apunta a la amistad entre el detenido y la familia de la niña.
La congregación ofrece colaboración a las autoridades
El padre abad, Octavi Vilà, de acuerdo con el Consejo del Monasterio ha expresado su voluntad de «plena colaboración con las autoridades policiales y judiciales para aclarar los hechos y depurar las responsabilidades que se pudieran derivar, respetando siempre el derecho a la presunción de inocencia del acusado». Poblet expresa su «solidaridad y apoyo a todos aquellos que se puedan sentir afectados con estos hechos, particularmente con la familia de la menor».
Asimismo, la comunidad anuncia que abrirá una investigación de forma inmediata para informar de los hechos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano encargado de custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia.
«De manera especial, queremos mostrar nuestra solidaridad y apoyo a todos aquellos que se puedan sentir afectados con estos hechos, particularmente con la familia de la menor», afirma el Monasterio, que expresa dolor por la situación y manifiesta «de manera contundente el compromiso y la voluntad de luchar contra todo tipo de abusos a la Iglesia».
En libertad con cargos
Tras la detención, un juez de Valls decretó la libertad provisional con cargos para el monje, debiendo personarse de forma periódica en los juzgados y obligado a mantener un alejamiento de de la víctima de, como mínimo, 200 metros.
