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ECOS INDEPENDENTISTAS / Otra reunión, un nuevo ciclo

Participantes en la Conferencia Nacional del Movimiento Civil Independentista organizada por la ANC.

Hay noticias que parecen recortes de prensa de hace años. La ANC llama a iniciar un nuevo ciclo independentista, titula el Punt-Avui la crónica del enésimo encuentro dedicado a repetir consignas idénticas: «Empezar otro ciclo hacia la independencia que supere el actual inmovilismo de los partidos con iniciativas que surjan del mundo civil. Éste es, en resumen, el objetivo que se propone impulsar ahora la Assemblea Nacional Catalana (ANC), de acuerdo con el resto del soberanismo popular, a partir de la Conferencia Nacional del Movimiento Civil Independentista que ha organizado este fin de semana en Barcelona.»

Represión de alta intensidad

Se trataba, según los organizadores, de «consensuar las actuaciones principales a llevar a cabo a partir de las conclusiones extraídas de los debates». Dichas conclusiones las presentará la ANC en las próximas semanas «y las hará llegar a las entidades participantes para concretar posteriormente un gran Pacto Nacional del Movimiento Civil Independentista». Las entidades participantes fueron 56, pero es difícil saber cuánta gente hay detrás de cada una, cuántos militantes están en varias, y qué papel pueden jugar en futuras actuaciones políticas. Figuran organizaciones conocidas, como Òmnium; Unió de Pagesos de Catalunya; los dos sindicatos que se llaman «Intersindical» —Intersindical Alternativa de Catalunya e Intersindical CSC—; el Consell de la República —con sede en Waterloo—; al lado de grupúsculos, si a tanto llegan, como «Miquelets al combat», «La República que volem», el «Ateneu Sobiranista Català»; la «Associació Donec Perficiam», la «Associació Sociocultural del Voltegranès» (sic: debería ser Voltreganès).

Cuando no es un pacto (nacional por el derecho a decidir), es un fórum (cívico y social por el debate constituyente), cuando no es un tsunami (democrático para cambiar el estado de las cosas) es una asamblea (de representantes del consejo de la república), y cada evento cuenta con sus manifiestos, documentos preparatorios, comités de asesores, tertulianos afines, reuniones y viajes. Así sigue el proceso, viendo pasar los años. 

Cerró el encuentro la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, diciendo que «esta Conferencia Nacional no termina aquí, es un comienzo, una tierra fértil para la independencia», y reivindicando el protagonismo de la ANC como «eje vertebrador del debate» a fin de «encontrar sinergias entre nosotros para avanzar juntos, sin renunciar al planteamiento de cada entidad». En la información que ofrece la misma ANC —Punt de partida per a un nou embat independentista— aparecen algunos detalles significativos de lo que tienen en mente: «Provocar represión de alta intensidad por parte de España» —habría que orquestar previamente un ataque de alta intensidad si se quiere conseguir un efecto proporcional—, «establecer relaciones con otros estados» —algo imposible a no ser que otros estados aspiren a la desmembración de España— «y reconocer el Consell de la República como agente de internacionalización del caso catalán» —lo que no va a suceder mientras no se pongan a sus órdenes la mayoría de las fuerzas políticas catalanas.

La «lista cívica», todavía

Se habló también del necesario aprendizaje en «formas legítimas de lucha como la desobediencia civil, la autodefensa, la no cooperación, la acción directa». La desobediencia suena muy bien pero a ver qué contribuyente deja de hacer la declaración de la renda o de pagar impuestos municipales. La no cooperación también, pero a ver cuántos diputados y senadores abandonan las Cortes y se constituyen en cámara legislativa dependiente de Cataluña e independiente de España; si fueran todos, eso sí sería una DUI. Lo que llaman autodefensa ya se ha visto en qué consiste: en lanzar objetos contundentes a la policía, arrasando al mismo tiempo las calles. Y la acción directa debe ser lo de cortar vías de circulación, que funciona mientras la policía no actúa, o de ocupar estaciones y aeropuertos, que lo mismo.

Se sigue hablando de presentar una candidatura al Parlamento de Cataluña, que llaman «lista cívica», en busca de «la unidad del independentismo, no de fragmentarlo», y con la intención de «recoger el voto independentista que se está absteniendo para evitar perder a la mayoría independentista en el Parlament». Esa candidatura sería pues el coche escoba para recoger a los decepcionados por los grandes partidos e impedir que el apoyo global a la secesión siga retrocediendo. Otra idea para hacer amigos en el mundo es contarles que «la desestabilización del Estado puede ser más costosa que nuestra independencia» y presentarla pues como el mal menor. Sólo falta el desestabilizador que lo desestabilice, y eso va a ser como encontrar a alguien que le ponga el cascabel al gato.

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