Aunque parte de la izquierda española tiene un buen concepto de Esquerra Republicana —sin ir más lejos, Podemos estaría negociando una lista conjunta con los republicanos para las elecciones generales pese a que los últimos lo han desmentido—, su popularidad entre el secesionismo de línea dura ha caído en picado, al no aprobar su apuesta de los últimos tiempos por la negociación en detrimento del frentismo. Y uno de sus blancos favoritos no es otro que el portavoz de ERC en el Congreso Gabriel Rufián.
Rufián, que será el candidato de ERC el 23J pese a que anunció en su momento que no permanecería en Madrid más de 18 meses, está siendo víctima de varias campañas secesionistas en redes que cargan contras su figura. Y es que ésta resume para un sector del nacionalismo la claudicación frente al «Estado español». Así, por ejemplo, el exdiputado de la CUP Antonio Baños ha publicado un tuit viral en el que, junto a una imagen de Rufián, se puede leer: «Le queremos en casa, Rufián a Catalunya. El próximo 23 de julio hagamos que vuelva». Con estos mensajes el separatismo extremista trata de fomentar la abstención el 23J, castigando así a los partidos secesionistas por su supuesta «tibieza» en la lucha por la independencia.