En las últimas semanas han coincido dos encuestas, una del CIS y otra del ICPS, Institut de Ciències Polítiques i Socials de la UAB, que han producido alarma entre las feministas. La del CIS señala que el 44% de los hombres y el 32 % de las mujeres consideran que el feminismo ha ido demasiado lejos y que, ahora, son los hombres los discriminados. Entre los hombres jóvenes, de 16 a 24 años, el porcentaje pasa del 51%. Por su parte el sondeo del ICPS llega a conclusiones parecidas: el 57,5 % de los hombres de entre 18 y 24 años esta en desacuerdo con el concepto de feminismo.
La reacción de los/as opinadoras/es en los medios ha sido casi unánime: en lugar de preguntarse qué se está haciendo mal para que crezca el malestar entre los jóvenes, y no tan jóvenes, echan la culpa de estos altos porcentajes de rechazo a la propaganda de la extrema derecha y a su penetración en las redes sociales. Tiene su gracia cuando el feminismo esta omnipresente en películas , anuncios, redes, televisiones y medios en general. El caso Jennifer Hermoso es paradigmático. Rubiales merece su cese por zafio. Pero lo de considerar el beso una agresión sexual es para muchas personas excesivo. Esto no tiene nada que ver con no condenar sin paliativos la lacra de la violencia de género.
El número de suicidios en 2022 según el INE fue de 4.003, de ellos 2.982 fueron hombres y 1.021 mujeres
Existen razones objetivas y subjetivas para este malestar. Si se analizan los boletines oficiales encontraremos decenas de normas estableciendo discriminaciones positivas para mujeres , algunas justificadas otras no tanto. El fracaso escolar entre los hombres es casi el doble al de las mujeres ( 20% frente a 11%). El número de suicidios en 2022 según el INE fue de 4003, de ellos 2982 fueron hombres y 1021 mujeres. Entre los jóvenes la tasa de suicidios por 100.000 entre 15 y 19 años es de 1,925 en los hombres y de o,554 entre las mujeres. De 20 a 24 años la tasa es de 5,865 en los hombres y de 1,343 en las mujeres. Entre los licenciados el 60% son mujeres y el 40% hombres. Merecen estas cifras una reflexión de los poderes públicos? Yo creo que sí.
Más importante que estas cifras para entender el malestar de tantos jóvenes, su sentimiento de sentirse discriminados, es la percepción de estar bajo sospecha por el mero hecho de ser hombres, especialmente si se es heterosexual y blanco. Conceptos como masculinidad tóxica, micromachismos son siempre unilaterales. Por poner un ejemplo, si un chico hace una lista de las , según él, chicas más atractivas de su clase estamos en un supuesto de masculinidad tóxica, en sentido contrario no hay reproche social ( caso real de una escuela americana). Lo mismo ocurre con el uso de expresiones con connotaciones sexuales .
Las feministas deberían saber que, cuando se inclina demasiado la balanza hacia un lado, surge inexorablemente una reacción
Un caso de última hora ha sido el párrafo añadido al artículo 49 de la Constitución. Aprovechando el cambio de «disminuido» por «discapacitado». Se ha añadido al final del artículo: » Se atenderán particularmente las necesidades específicas de mujeres y menores con discapacidad «. ¿ Donde queda el artículo 14 de la Constitución ?.
Las feministas deberían saber que, cuando se inclina demasiado la balanza hacia un lado, surge inexorablemente una reacción. Stephan Frears, referente del movimiento histórico homosexual, lo explica bien: los cambios sociales deben ser lo más consensuados posibles para que se asienten con normalidad en la sociedad. El radicalismo de un lado solo provoca el radicalismo del otro.
Pocos dudan de que el feminismo nace como una reivindicación legítima y necesaria. Lo que no es una buena política es caer en la misandria, ni etiquetar a todo aquel o aquella que `plantea matices o correcciones como un machista o ultraderechista irredento. Con ello sólo se consigue banalizar esos conceptos lo que favorece a los que realmente lo son.
Polarizar en base a posiciones maximalistas puede ser rentable a corto plazo, pero al final no consolida lo que se dice defender. Atender el malestar de los hombres jóvenes no va contra el feminismo, le ayudaría a ser aceptado sin resquemores.
