El todavía socialista Santos Cerdán, ya exsecretario de Organización del PSOE, ha contratado al abogado separatista Benet Salellas para que le defienda en los procesos que previsiblemente se abrirán tras destapar la UCO varias tramas de presunta corrupción en las que estaría implicado. Salellas es un conocido letrado en Cataluña pues, además de haber sido diputado por la CUP, fue el defensor del expresidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, en las causas abiertas en su contra por su participación en la organización del referéndum ilegal de octubre de 2017 y en algunas movilizaciones violentas.
Que Cerdán haya escogido los servicios de Salellas en estos momentos es, cuando menos, llamativo. Sobre todo considerando que el socialista ha sido el hombre elegido por Pedro Sánchez para llevar a cabo las negociaciones del PSOE con Carles Puigdemont en Ginebra. Y es que Salellas fue uno de los diputados de la CUP que colaboró con Junts pel Si, con Puigdemont al frente y la participación de ERC. Además, apoyó las llamadas leyes de transitoriedad, que desconectaban a Cataluña de España y la declaración unilateral de independencia de finales de octubre de 2017. Entre otras causas, Salellas ha sido el defensor de la cupaire Anna Gabriel, cuando se fugó a Suiza.
Inicialmente, Cerdán iba a estar representado por el penalista Gonzalo Martínez-Fresneda, cercano al PSOE. Sin embargo, según recoge El Mundo, ya trasladó que renunciaba al encargo y que solo representaría al socialista hasta que este encontrara un nuevo abogado. Así, será Bernat Salellas quien acompañe a Santos Cerdán en su primera cita con los tribunales, que tendrá lugar el próximo día 25, cuando comparezca a declarar voluntariamente ante el Supremo por su implicación en la trama del cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones de obra pública.
La CUP se desmarca
Por otro lado, desde la CUP se han desmarcado de la relación entre Santos Cerdán y Benet Salellas. En un mensaje publicado en X, la formación separatista ha indicado que Salellas no es miembro de la CUP, partido del que «se desvinculó hace meses». También ha señalado que «si hubiera sido militante, la organización le habría exigido que no asumiera la representación de este caso«. Y, finalmente, ha añadido que «el Estado español es un estado estructuralmente corrupto» que los catalanes no tienen que «arreglar ni democratizar, sino combatir».
