Trump ha decidido hoy tontear con la posibilidad de «echar a España de la OTAN». El comentario, que parece más informal que una amenaza premeditada, viene en referencia a la «falta de compromiso de España» con el gasto en defensa de la Organización.
Trump sugiere expulsar a España de la OTAN por no gastar el 5% en Defensa https://t.co/q6zfrzCZMP
— elEconomista.es (@elEconomistaes) October 10, 2025
Sánchez es el único líder europeo que no se ha comprometido a aumentar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB. Para un líder del talante de Trump, el desafío -motivado, implican los críticos, por el afán de nuestro presidente de marcar perfil propio y desviar la atención de otras materias más apremiantes- es intolerable. Los estadounidenses se han cansado de «pagar la fiesta» y exigen que nos pongamos al dia. Por su parte, Moncloa parece haber encontrado un filón político en enfrentarse constantemente a Trump.
Las declaraciones del americano han generado una mezcla de escepticismo y preocupación moderada. Nadie se lo acaba de creer, aunque con el republicano nunca se sabe. Sus palabras parecen responder a una medida de presión negociadora más que a un ultimátum. Ello no ha evitado reacciones notorias ni que el episodio sea el tema del día.
Yo estoy de acuerdo con Trump porque no sé qué hace España dentro de la OTAN. Una alianza que se creó para frenar el avance de los soviéticos por Europa tras la II Guerra Mundial convertida hoy es un simple grupo de países subyugados a los intereses armamentísticos yankis. https://t.co/nSqNUj46Ps pic.twitter.com/9ENxu4iGe0
— Jujo🌿 (@Jujonomi87) October 10, 2025
Sería una jugada magistral. España abandona la OTAN, Marruecos ataca Ceuta y Melilla. La UE mira a otro lado, USA apoya a Marruecos y en el interior la izquierda aplaude la invasión.
— Señor Smith (@Sr_HSmith) October 10, 2025
Los sectores más a la izquierda incluso parecen alegrarse. No son especialmente fans de la OTAN, y ven una pequeña grieta de oportunidad para empujar hacía la salida de España. Ideológicamente es válido, pero tal y como funcionan los equilibrios geopolíticos actuales, no parece la opción más sensata.
Por su parte, el Gobierno de España se muestra tranquilo, asegurando que cumple «tanto como EE.UU.» y que no teme la expulsión.





