La misión del Parlamento Europeo para la crisis de la vivienda se reunirá hoy en Badalona con Xavier García Albiol. La delegación genera así controversia. Liderado por la socialista Irene Tinagli, el grupo ha decidido excluir a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y cambiar el itinerario para visitar Badalona en lugar de El Prat de Llobregat. Jaume Asens -no olviden que ahora pulula en Europa-, acusa, indignado, al PP, Vox y el PSOE de orquestar una operación propagandística “en favor de la derecha y la extrema derecha” -es decir, todo aquello ajeno a su discurso- para favorecer a Albiol, a quien también ha considerado digno de de su desprecio, calificándolo de racista. Irene Montero, por su parte, califica la misión de “vergüenza por blanquear a especuladores”. La irrelevancia política es muy mala.
La inclusión de Albiol y su contundente discurso contra la ocupación ilegal, da al PP una plataforma para destacar su enfoque en la seguridad jurídica, contrastando con las políticas de los Comuns. Asens afirma enfurecido que «su formación lidera las políticas de vivienda», lo cual debería valerle a él y su espacio ideológico una mayor consideración por parte de la UE. Sin poner la convicción de su compromiso en duda, pero, el eurodiputado debería recordar que sus recetas, como topes de alquiler y trabas burocráticas, han demostrado ser ineficaces, encareciendo el mercado y reduciendo la oferta. Albiol, en cambio, proyecta resultados al priorizar estabilidad para propietarios, atrayendo la atención de Europa ante uno de los pocos casos de éxito en el sur del continente. Ante este escenario, no es tan difícil entender la lista de prioridades en la comisión. Si todos los intentos de la izqueirda fallan de manera sistemática, los técnicos miran hacía otras posiciones.
La PAH protesta airadamente por su exclusión con una asamblea frente al Ayuntamiento de Barcelona, mientras ERC, a diferencia de Podemos y los Comuns, participará en la misión para «abogar por medidas contra la especulación». La controversia refleja la polarización en torno a la vivienda: Albiol capitaliza la visita para reforzar su narrativa -que, de momento, funciona-, mientras Podemos boicotea al perder protagonismo protagonismo. La crisis de la vivienda es un campo de batalla político, eso no se le escapa a nadie, pero los resultados también importan. Albiol gana así visibilidad frente a una izquierda dividida.
