Montero está que se sale. Hacienda ha decidido ahora poner el foco en las cuentas bancarias compartidas entre padres e hijos -ya saben, los ricos y las grandes fortunas-. Una práctica habitual para gestionar finanzas familiares que ahora resulta que puede acarrear multas si no se cumplen «las normativas fiscales». La Agencia Tributaria es clara; se pueden imponer -es decir; se impondrán- sanciones a los contribuyentes que utilicen estas cuentas para realizar transferencias de fondos sin declararlas adecuadamente, considerándolas «donaciones encubiertas».
La Ley 29/1987 de Sucesiones y Donaciones y la Ley General Tributaria establecen que cualquier «movimiento significativo» -una acepción muy objetiva– de dinero en una cuenta compartida debe formalizarse como préstamo o donación declarada. Sí, se ha entendido bien: si un hijo dispone de entre 5.000 y 6.000 euros de una cuenta compartida sin justificación documental, por ejemplo, Hacienda puede interpretar que se trata de una donación no declarada, lo que conllevaría una multa aproximada de 3.000 euros. «El desconocimiento de la ley no exime de responsabilidad». Con esta contundencia y sin el más mínimo sonrojo, el Ministerio Fiscal justifica la depredación de la cuentas corrientes de la ciudadanía, con independencia a si existen o no indicios de mala fe.
El argumento se resume como sigue: «la medida busca evitar que las cuentas compartidas se utilicen para eludir impuestos». En la práctica, pero, se aprovecha del desconocimiento del ciudadano medio sobre los concretos legislativos más rebuscados para nutrir las arcas del Estado a costa del esfuerzo y el ahorro ajeno. Hacienda ha anunciado que intensificará los controles para detectar estas irregularidades, con lo cuál es necesario poner en alerta a las familias que comparten cuentas por conveniencia; una mayoría que debe ahora investigar como sobreponerse a este quebradero de cabeza para evitar que el fisco atente contra su patrimonio.
Los expertos recomiendan formalizar cualquier transferencia significativa mediante contratos de préstamo o declaraciones de donaciones ante notario -lo más normal del mundo y al alcance de todos-, además de mantener un registro claro de los movimientos. También aconsejan consultar con asesores fiscales para evitar problemas legales. Esta nueva directriz asfixia un poco más a las familias, que deberán extremar precauciones para evitar sanciones inesperadas y garantizar el cumplimiento de las normativas fiscales vigentes.
