China y EE.UU. sorprenden al mundo. Los hegemones del globo han dado un paso significativo hacia la distensión tras meses de sonadas tensiones diplomáticas y comerciales, alcanzado un “principio de consenso” en asuntos clave como el control del tráfico de fentanilo y las tarifas al comercio marítimo.
China califica los encuentros como “francos” y “constructivos”, subrayando que ambas delegaciones han abordado temas sensibles como los controles a las exportaciones, la cooperación para frenar la producción de sustancias que acaban en el mercado ilegal estadounidense y la ampliación de la tregua arancelaria que intentan mantienen desde hace meses.
Por su parte, Estados Unidos declara que las conversaciones han sido “constructivas, de amplio alcance y profundas”. Trump y Xi Jinping se reunirán en los próximos días durante la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico. La reunión se perfila como una prueba importante para los equilibrios geopolíticos. Washington y Pekín tienen sobre la mesa una lista extensa de frentes abiertos que incluyen aranceles, restricciones tecnológicas, importaciones agrícolas…
La previa parece haberse desarrollado en harmonía y germandad. E anuncio supone un alivio para los mercados y deja entrever una posible desescalada, auqnue el consenso todavía es embrionario: no hay detalles cerrados y el riesgo de que resurjan tensiones está allí.
