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El error más común al descongelar pollo: así debes hacerlo para evitar intoxicaciones

Miles de hogares en España siguen descongelando carne de forma incorrecta sin saber que aumenta el riesgo de bacterias peligrosas

Pechugas de pollo crudas colocadas en un recipiente de vidrio sobre una encimera de mármol.
Pechugas de pollo descongelándose de forma segura en un recipiente de vidrio, un método recomendado para evitar riesgos alimentarios.

Descongelar pollo parece una tarea sencilla, pero la mayoría de la gente lo hace mal. Dejarlo en la encimera durante horas o meterlo bajo un chorro de agua caliente multiplica el riesgo de intoxicaciones, según advierten las autoridades sanitarias. El pollo crudo es especialmente sensible a bacterias como Salmonella o Campylobacter, que pueden crecer con rapidez si no se manipula correctamente.

El error que nunca deberías cometer

El fallo más extendido es descongelarlo a temperatura ambiente, ya sea en la cocina, dentro de una bolsa o sobre un plato. El exterior del pollo empieza a calentarse mientras el interior sigue congelado, creando el “punto perfecto” para que las bacterias se disparen.

Además, muchas personas optan por agua caliente o templada, creyendo que así aceleran el proceso. Es un mito peligroso: el cambio brusco de temperatura favorece aún más la proliferación bacteriana.

Los tres métodos seguros para descongelar pollo

Las recomendaciones oficiales señalan únicamente tres formas seguras de hacerlo:

1. En la nevera (el método más seguro)
Coloca el pollo en un recipiente para evitar goteos y déjalo descongelar lentamente entre 3 y 5 ºC.
Tarda más, sí, pero elimina riesgos.

2. En el microondas (si vas con prisa)
Usa la función de descongelación y cocina el pollo inmediatamente después.
El microondas puede empezar a cocinar algunas zonas, y dejarlas a temperatura ambiente sería peligroso.

3. Bajo agua fría (nunca caliente)
Introduce el pollo en una bolsa hermética y sumérgelo en agua muy fría, renovándola cada 30 minutos.
Es más rápido, seguro y mantiene la temperatura bajo control.

Cómo saber si el pollo ya no es seguro

Existen señales claras que indican que el pollo descongelado no debe consumirse:

  • Olor fuerte o agrio
  • Textura viscosa
  • Cambio de color (tonos grises o verdosos)
  • Pérdida excesiva de líquidos turbios

En caso de duda, tíralo. El ahorro nunca compensa un ingreso hospitalario.

María Riera
María Riera
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM.

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