Las políticas lingüísticas del nacionalismo catalán —que vetan el castellano como lengua vehicular en la escuela e imponen sanciones a los comercios que rotulan en la lengua común— cuentan con la aquiescencia de la izquierda hegemónica, pero suelen suscitar la perplejidad del ciudadano medio. En este sentido, un nuevo episodio de intransigencia lingüística está despertando una considerable indignación en redes sociales. Tal y como cuenta Crónica Global, un bar de Reus podría ser sancionado con 20.000 euros debido a que un camarero atendió en castellano a unos clientes que han denunciado los hechos.
El camarero, en concreto, es de origen sudamericano y aún no domina el catalán. Pese a ello, los clientes no dudaron en interponer una demanda contra el establecimiento el pasado 17 de octubre. Los dueños del bar recibieron un requerimiento en el que se les avisaba de que los hechos podían «ser constitutivos de una infracción leve, que puede ser sancionada con una multa de hasta 20.000 euros, por eso le pedimos que tome todas las medidas necesarias para garantizar a las personas consumidoras que su establecimiento cumple la legislación vigente y, en consecuencia, que están en condición de atenderlas cuando se expresen en cualquiera de las lenguas oficiales en Cataluña».
Los dueños temen represalias
Los dueños han relatado al citado rotativo que prefieren que no trascienda su nombre ante posibles represalias —recordemos que locales como la pizzería Marinella en el barrio del Clot sufrieron pintadas y llamadas amenazantes de separatistas exaltados por la misma cuestión—. También, se confiesan indignados ante la posibilidad de que les impongan una multa tan cuantiosa dado el contexto actual de crisis económica.
