El supuesto yihadista que ha matado a un sacristán y herido a un sacerdote este miércoles por la tarde en Algeciras, Yassine Kanjaa, estaba en situación irregular. La Policía Nacional detuvo a Kanjaa, nacido en Marruecos en 1997, en junio de 2022, y al comprobar que carecía de documentación, se iniciaron los trámites de expulsión, según ha narrado El Confidencial. Sin embargo, el presunto asesino nunca llegó a ser devuelta a Marruecos pues el proceso burocrático se encalló.
El detenido no tenía antecedentes ni existían sospechas sobre su radicalización, pero Kanjaa parece responder al perfil de lobo solitario que tanto preocupa a las Fuerzas de Seguridad. Los hechos fueron como siguen: a las 18.30 del miércoles, el acusado asistió a la iglesia de San Isidro de Algecira y discutió con los feligreses, a los que reprochó no profesar el islam. Se marchó y volvió al cabo de una hora con un machete y un Corán, y, al grito de «Alá», hirió gravemente al sacerdote. Luego, se dirigió a otro iglesia cercana, Nuestra Señora de la Palma, donde dio muerte a machetazos a un sacristán. Posteriormente, la Policía logró interceptarle y detenerle.