La llamada Escola Catalana, cuyo centro de gravedad es la exclusión del castellano como lengua vehicular de las aulas, parece tener los días contado. Como es sabido, el Tribunal Supremo acaba de dictar que todos los centros catalanes deben impartir al menos un 25% de clases en español para que este sea considerado un lengua vehicular junto al catalán, derecho reconocido en la Constitución española. Aunque la Generalitat ya ha avisado de que desobedecerá la sentencia, los expertos consideran que en la realidad no le quedará otra que aplicarla o exponerse a multas e inhabilitaciones. Pues bien, ahora el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha dictado medidas cautelares para que un colegio de Canet de Mar aplique el 25% en la lengua común.
Esto es así porque una familia del centro Turó del Drac, según explica Vilaweb, reclamó que en la clase de su hijo el castellano fuese igual de vehicular que el catalán, exigiendo un 50% de horas lectivas en este idioma. La conselleria se negó, por lo que la familia llevó al caso al TSJC y, a principios de noviembre —antes de que llegase la sentencia del TS sobre el 25%—, éste dictó que cautelarmente se aplique el 25% a partir del próximo 8 de diciembre.
Algunas familias piden «caña» contra la sentencia
Eso sí, el español será vehicular solo en las clases de P5 donde estudia el niño, en las que se harán a partir de ahora 6,25 horas en la lengua de Cervantes. Durante estas horas, el TSJC también ordena que el material que se use sea en la lengua común. Y aunque el centro no se ha pronunciado por el fin del monolingüismo en P5, un grupo de familias ya ha anunciado su oposición a la medida en las redes con el siguiente mensaje: «Un grupo de familias en desacuerdo con estas medidas impuestas creemos conveniente reunirnos y plantearnos qué hacer al respecto. ¡Caña!».