La delegación de las competencias de inmigración a Junts por parte del Ejecutivo ha levantado ampollas. Distintas voces han señalado que la formación neoconvergente no solo se caracteriza por su rechazo a los catalanes con orígenes en el resto de España —a los cuales varios de sus dirigentes han tachado de «colonos»— sino que su discurso sobre los migrantes que arriban a Cataluña es igual de xenófobo. «Para detener a la ultraderecha damos a la ultraderecha las competencias de inmigración», ha resumido Daniel Gascón en X, editor de Letras Libres España y columnista en El País.
Sin embargo, otro columnista constitucionalista, Arcadi Espada, ha alertado en las páginas de El Mundo que es un error considerar que el otro gran partido nacionalista catalán, Esquerra Republicana, no es tan xenófobo como Junts. «La fantasía del descubrimiento del carácter racista de Junts se completa con otra igualmente esotérica, que es la de suponer que Esquerra Republicana no lo comparte», indica Espada. Y lo ejemplifica señalando que el expresidente de ERC durante los 80, Heribert Barrera, sentenció: «A mí me gustaría una Cataluña como la de la República, sin inmigrantes».
La asimilación de Rufián
Asimismo, recuerda el caso del portavoz Gabriel Rufián, al que, tras ser descubierto por Junqueras, «lo exhibieron en el Congreso de los Diputados para pasmo universal, con el doble propósito de mostrarles a los españoles uno de su especie, pero indicando al tiempo de qué modo podía mejorarse un español primitivo mediante el entrenamiento en la catalanidad».
